El día final de la Feria del Libro tuvo entre sus acontecimientos más destacados, un emotivo homenaje a la periodista y escritora María Seoane, fallecida el 27 de diciembre de 2023. Organizado por el Grupo Octubre, en la cómoda sala Cortázar del Pabellón Amarillo, el encuentro tuvo como factor convocante la presentación póstuma de Amar la Patria, flamante libro publicado por la editorial del Grupo, que reúne en su seno los editoriales que Seoane escribió entre 2007 y 2023 en la revista Caras y Caretas. La otra “excusa” para juntarse en torno a la escritora, radicó en recordar la reedición de Nosotros (Apuntes sobre pasiones, razones y trampas de los argentinos entre dos siglos), aquella incursión al hueso del ser nacional, que la Seoane pasó a palabras, miradas y reflexiones, en 2005.

 “María nos acompañó hasta el último número de 2023, cuando publicó el último editorial que fue sobre calentamiento global. A lo largo de todos estos años, tuve el privilegio de editarla (…) por qué nos pasa lo que nos pasa, por qué estamos parados aquí, eran preguntas que la desvelaban”, disparó Cecilia Fumagalli, editora de Caras y Caretas -que además hizo las veces de moderadora- ante las presencias expectantes de oradores y oradoras: Pablo Díaz, Nora Veiras, Vicente Muleiro, Araceli Bellotta y Ana María Careaga, dispuestos en ese orden.

“María fue la que emocionalmente pudo resumir lo que yo había vivido, la que politizó mi amor”, empezó Díaz, único sobreviviente de "La noche de los lápices", el hecho que Seoane transformó en vox populi a sus 38 años, recién llegada del exilio, a través de aquel libro que fue película, en 1985. “Me hubiese gustado que María se enterara que tuvimos siete condenados a cadena perpetua, hace muy pocos días, por delitos de torturas, violaciones y asesinatos”, señaló Díaz, uno de los secuestrados en el Pozo de Banfield, durante la aciaga noche del 16 de septiembre de 1976.

"Quiero decir también que María sufrió mucho con 'La noche de los lápices', y yo creo que sufrió desde su propia historia (…) Sintió los 16 años de Claudia, los 15 de 'Panchito', se vio como hermana mayor. Creo que ella trabajó toda su vida como cualquier sobreviviente para saldar secretos”, aseguró Díaz, que conoció a la homenajeada –a quien considera su hermana mayor- durante el Juicio a las Juntas. “Fui a su sepelio porque tengo por culto ir a hablarle a los compañeros cuando se van y agradecer a los que me ayudaron, o a los que ayudaron a las cadenas perpetuas, al juicio y castigo a los culpables. Sé que ella se hubiera sentido en soledad, tal vez, en el borde de la cama, un poco satisfecha de lo sucedido… Sí, las cadenas perpetuas, María, son por vos también, porque ayudaste a esta recopilación de la historia”.

El homenaje fue en la Sala Cortázar del Pabellón Amarillo. Imagen: Verónica Bellomo

Acto seguido, tras cerrados aplausos, tomó la palabra Veiras, directora periodística de Página/12. “María Seoane es una referencia ineludible en el periodismo”, aseguró ella, desde su mirada profesional, y recordó desde ahí el momento en que se le ocurrió junto a Hugo Soriani –presente en la sala- y Victoria Ginzberg, proponerle a Seoane hacer una contratapa de domingo por mes. “La contratapa del domingo, para nosotros, es el lugar más querido, el más respetado, por lo que implica para el autor, y para el lector ¿no? Es ese encuentro con alguien que no solo cuenta lo que sucede, sino que lo cuenta con rigurosidad, con talento, con belleza. Y la verdad es que María expresaba eso”, manifestó la periodista, quien resaltó asimismo la labor de Seoane como militante. “Algo que a mí me maravilla de la generación de María, es esa convicción militante de entrega, de mirar más allá de lo que sucede, más allá del presente que a veces nos ahoga, nos aplasta, aunque con tristeza muchas veces porque ese futuro que se avizoraba no era exactamente lo que uno deseaba, pero siempre con la inteligencia suficiente como para poder plantarse frente a eso y no resignar convicciones. Me parece que esto es lo que se siente como la gran ausencia”. 

Veiras recordó y elogió además la última contratapa que María publicó en Página/12, el 8 de octubre de 2023, bajo el título de “La utopía de la motosierra” y por supuesto se refirió a su producción periodístico-literaria. “Sus libros son iconos de la historia argentina reciente”, subrayó la periodista. “Muchas veces se dice como frase hecha que el periodismo es la primera escritura de la historia, pero cuando uno lee los textos de María, se da cuenta que un periodista o una periodista cabal va mucho más allá de esa primera lectura. Uno lee hoy textos que por ahí tienen diez años o más, y siguen teniendo una actualidad que impresiona”.

Estaba luego Vicente Muleiro contando de los sueños incumplidos que había dejado María Seoane en su paso por la vida -entre ellos, el de escribir una autobiografía- cuando de repente la sala estalló en aplausos ante la irrupción conmovedora de Nora Cortiñas. “Qué presencia, que subrayado de esta reunión, ¿no? Que resaltado en los mejores colores”, se interrumpió a sí mismo el escritor, poeta y periodista, bajo el fin de improvisar unas palabras ante tamaña presencia, en silla de ruedas, pero tan vital como siempre.

Nora tendría la palabra al final, en la que recordaría cómo conoció a la homenajeada durante el exilio, y Muleiro, la oportunidad de concluir su alocución, claro. “Bueno, decía, María no llegó a escribir su autobiografía, pero he visto, y lo venía leyendo ya en las editoriales de Caras y Caretas, que se puede reunir en Amar la Patria esa autobiografía, porque en este libro está como la historia en cuerpo presente de María”, señaló el escritor, que conoció a la homenajeada en la redacción de El periodista de Buenos Aires. Luego coincidieron en el Suplemento “Zona” y en la sección política de Clarín (“una causa que alguna vez va a prescribir, supongo”, ironizó él).

Además, escribieron juntos El dictador (Historia secreta y pública del dictador Jorge Rafael Videla), y codirigieron Radio Nacional, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. “Digo esto porque en este libro, que es un sismógrafo de su vida y de la vida política de las últimas décadas, en la Argentina, está ella antes de exiliarse, con la liberación de los presos del 25 de mayo de 1973. También hay datos emocionales, como su reunión con María Elena Walsh, donde le dijo que durante el exilio muchos, y sobre todo ella, habían sobrevivido acompañados por la canción 'Como la cigarra'. Y están también las marcas del peronismo… María estaba en un gran tramo de su vida militante, y teníamos algún tipo de discusiones que después pasaron al humor. Ella tenía en su momento una militancia de izquierda que finalmente, hacia las últimas décadas se conformó, como en otros muchos casos, en una comprensión de que el movimiento nacional, popular y democrático era una alternativa que podía arrinconar a quienes querían fragmentarnos. Y lo hizo con esa idea de Patria, en un sentido muy especial, porque la Patria era para María una especie de multiplicación de solidaridades”.

A los 94, Nora Cortiñas no quiso perderse el encuentro junto a Laura Kornblihtt y Hugo Soriani . Imagen: Verónica Bellomo

Nuditos en la garganta aseguró tener Araceli Bellota, tras el conmovedor momento del ingreso de Nora Cortiñas a la sala, cuando le tocó el turno de hablar de su amiga, a quien conoció durante la década del '90, en tren de consultarse data recíprocamente. “Yo la molestaba porque por ahí quería establecer algunos datos y ella me llamaba y, por ejemplo, me pedía números de Evita: cuántas camas había en los hospitales, cuántas casas en la Fundación. En fin, así fue pasando la vaida y se nos hizo natural, hasta que un día me invitó a tomar un café solamente para charlar, para cambiar ideas, porque María era una gran 'juntadora'”, dijo la historiadora, periodista, escritora, autora de Las mujeres de Perón. “Ella juntaba gente que pensara, no necesariamente que pensara igual. De hecho, María no era peronista, venía de la izquierda, y a veces discutíamos. Yo le decía 'vos sabés que yo soy peronista'. Y ella me contestaba, 'claro, por eso te quiero tanto'. María era tierna, María te abrazaba, era muy generosa y no se la creía. No tenía una mínima pose de fatuidad, a pesar de su talento y su producción. Veía con los ojos, veía con sus pensamientos, pero sobre todo, veía con su corazón. Creo que esto es lo que nunca vamos a poder reemplazar”, sumó Bellota, visiblemente emocionada.

La anteúltima palabra de la noche la tuvo Ana María Careaga, psicoanalista, docente y sobreviviente del Centro Clandestino “Club Atlético”. “Esto es un acto de justicia para con María, para con su vida, y para con su historia”, sostuvo. “Generalmente, cuando se presenta un libro está el autor, o la autora, y pensaba que, de todos los libros que escribió María, si hay un libro en el que efectivamente está presente su impronta es justamente en este, porque están los pactos que ella tenía con la vida, con las ideas, con la militancia, con sus pasiones… María era una apasionada de la vida, y efectivamente en esos amores, vivía amando la Patria (…) Nunca abandonó los proyectos emancipatorios como respuesta a la crueldad”.

Careaga fue secuestrada el 13 de junio de 1977, a los 16 años, embarazada de su hija Anita, y liberada el 30 de septiembre. Ni bien pasó esto, viajó a Brasil, donde se exilió al amparo del ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. Allí estaba Jorge, su compañero y padre de Anita, y allí estaba también Seoane. “Él estaba con María, y con los compañeros que estaban en Brasil, tratando no solo de salvarse ellos, sino también de salvar la vida de los compañeros que habían quedado acá. En ese momento, la orientación era que nadie se encontrara conmigo, salvo Jorge, porque yo salía de un campo de concentración. No lo juzgo, porque fueron momentos tremendos, límites entre la vida y la muerte. Pero sí quiero juzgar la condición humana de María, porque ella se empecinó en que se tenía que encontrar conmigo, en que quería verme. Ahí está en juego efectivamente esto que hay como hilo conductor, que es el valor humano”, señaló Careaga, sobre la escritora que falleció hace poco, a los 75 años.

Que fue militante, y por eso sufrió el duro exilio primero en Brasil, luego en Italia, y finalmente en México. Que escribió libros clave para descifrar la historia contemporánea argentina: El dictador ; Todo o nada; El burgués maldito; El saqueo de la Argentina; Juan Perón, ese hombre (junto a Gisela Marziotta); Eva Perón, esa mujer, (con Víctor Santa María) o Momentos (coescrito con Víctor Hugo Morales), con vida y obra de Astor Piazzolla como tópico. Que fue directora de Radio Nacional, en la mejor etapa de la emisora pública en los últimos tiempos (2009-2015). Que dirigió los contenidos editoriales del Centro Cultural Caras y Caretas. Que dio cátedra de Investigación Periodística en la Universidad de San Andrés. Y que, claro, recibió premios y reconocimientos por ello.

El homenaje a Seoane terminó con el micrófono en manos de Nora Cortiñas, que se empeñó en asistir al homenaje, pese a sus 94 años y al frío reinante en la ciudad. “La conocí a María durante su exilio en México, donde acogía a toda la gente que se iba a buscar protección, en lo peor de la dictadura”, recordó una de las fundadoras de las  Madres de Plaza de Mayo. “Ella estaba siempre presente para recibirnos y darnos lo mejor. María fue clara y tuvo una postura coherente con su lucha. Nos dio el ejemplo y que hoy haya este homenaje acá es algo hermoso”.