Varias de las obras de Omar Alvarez se han vuelto clásicos que giraron por el mundo, como El soldadito de plomo, (“el único espectáculo que lo tiene vivo a Alfredo Alcón”, se presenta, ya que es guiado por el relato del actor). También son recordadas Hansel y Gretel, ganadora del premio nacional Javier Villafañe, voces de Raúl Rizzo y Soledad Silveyra, o Un ratoncito y la luna, con la voz de Virginia Lago (que es de Ballester, aclara Alvarez con orgullo local). El año próximo el tititritero repondrá un espectáculo que hacía su hermano Claudio, El viento entre las hojas, con la voz de Norma Aleandro. También vuelve cada tanto sobre El niño de arena, una obra sin palabras en la que, cuenta, se ha vuelto de urgente actualidad. “Recuerdo que estábamos pensando y armando la historia justo para el 19 y 20 de diciembre de 2001. Y vos ves el espectáculo, y es una perfecta metáfora de lo que estaba pasando. Hay algo de eso que hoy resuena, tristemente. Claro que estamos hablando de otras cosas, pero estamos hablando de eso”, advierte en la charla con PáginaI12. “Hay otro punto en común que encuentro con aquella época tremenda: compruebo que este es un momento particularmente creativo. Está todo el mundo generando nuevos proyectos, como ocurría en ese momento. Bienvenido sea”, concluye.