Desde Bogotá

 

Los candidatos despidieron sus campañas. En plazas públicas de Bogotá, Barranquilla y Medellín los aspirantes a la presidencia de Colombia convocaron sus simpatizantes y midieron fuerzas. El candidato de la izquierda Gustavo Petro arrasó con asistencias multitudinarias en estas ciudades y la capital del Pacífico, Cali, pero es el candidato de la derecha quien puntea las encuestas más recientes. Según Invamer Gallup, Iván Duque del Centro Democrático y delfín del cuestionado ex presidente Alvaro Uribe, obtendría el 53.5 por ciento de los votos el próximo domingo.

“Tenemos la certeza de que podemos cambiar la historia de Colombia y dejar atrás para siempre la violencia y la desigualdad”, dijo Petro en su cuenta de twitter la tarde ayer sumando el tradicional “¡venceremos!” de la izquierda. Mientras tanto, Duque se ocupó de dar mensajes de tranquilidad a sus electores, principalmente del sector empresarial, a quienes recuerda que “nuestra vocación de legalidad demanda de nosotros la templanza de enfrentar la corrupción, que ha carcomido las instituciones de Colombia” y promete bajar impuestos a los privados mientras proyecta subir la edad de pensiones a los trabajadores.

Ellos dos serían la cabeza del ballottage que proyectan las firmas encuestadores y la sociedad general, en una de las elecciones más reñidas esta vez para escoger el sustituto de Juan Manuel Santos en Palacio de Nariño. Según las proyecciones de Invamer, que entrevistó a 1200 personas aptas para votar la segunda semana de mayo, Petro del partido Colombia Humana y ex guerrillero del M-19 el 43.4 obtendría de los votos. Así se observa que cada semana el también ex alcalde de Bogotá le gana terreno a la derecha. Sin embargo, quien más se muestra en crecimiento es el ex alcalde de Medellín, el centrista Sergio Fajardo. El matemático hizo una estratégica alianza con sectores de la derecha y los senadores Claudia López y Jorge Robledo, uno de los líderes más importantes de la oposición progresista Polo Democrático, que está rindiendo frutos en las encuestas en la recta final de esta campaña. “Somos los únicos que podemos derrotar a los mismos con las mismas”, aseguró Fajardo, cuestionado por haber liderado el ambicioso proyecto público de la represa HidroItuango, el cual amenaza con una tragedia en el Norte de Antioquia por cuenta de una cadena de errores que podría causar una avalancha de 11,000 metros cúbicos de agua a través de la empinada cordillera hasta cubrir cinco poblaciones.

Pese a algunas críticas al respecto, Fajardo salió triunfante ayer cuando el tradicional semanario liberal británico The Economist tituló ayer que quienes lideran las encuestas en Colombia no son los mejores candidatos. Catalogado por muchos como el candidato del centro izquierda, Fajardo obtuvo el 16.3 por ciento de los votos, según la encuesta de la firma privada contratada por un grupo de medios de comunicación colombianos. En el siguiente lugar está el ex vicepresidente de Santos, Germán Vargas Lleras, con un 6.6 por ciento. Y luego está el voto en blanco que obtuvo un 3 por ciento, sobrepasando la cifra logrado por el liberal Humberto de La Calle, que alcanza apenas el 1.9 por ciento. De La Calle fue el jefe de la delegación de gobierno en Los Diálogos de La Habana y tiene en su espalda el liderazgo de un proceso de paz que está en su peor crisis, tras la captura del líder fariano “Jesús Santrich”, acusado de narcotráfico.

“Hoy hay quienes quieren dar marcha atrás, quieren volver al pasado y retornar a los pesares de la guerra, el caudillismo, el oportunismo, el odio y la cizaña. Quieren tirar la paz”, dijo De la Calle ayer en la radio. Con aseveraciones como que en su presidencia él no extraditaría al hoy congresista Santrich sino que estudiaría las pruebas y garantizaría primero los derechos de las víctimas a la verdad y la reparación, el candidato ha perdido fuerza y muchos de su partido se sumaron a la campaña de Petro.

En una de las contiendas más interesantes de las últimas décadas, la baraja de presidenciales muestra movimiento y polémica entre denuncias de posible fraude electoral y cuestionamientos al máximo órgano electoral, la Registraduría Nacional, que en los comicios parlamentarios fue muy criticado porque faltaron boletas en los centros de votación. su responsable, Carlos Galindo, de quien muchos esperaban una renuncia la semana después de las elecciones de Congreso, ha desmentido que su organización no haya permitido una veeduría internacional.

“Lo que está en cuestión es que el software presenta alteraciones de algoritmos que no tienen garantía y pueden generar un fraude masivo”, aseguró Gustavo Petro al acusar a la institución electoral y al presidente Santos de un boicot electoral. También la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) realizó denuncias sobre posibles inconsistencias en el sistema técnico electoral y reveló pruebas que mostraría como se perdieron votos en las pasadas elecciones de parlamento, donde el Centro Democrático fue el gran ganador, dejando a Duque con bastante confianza para las votaciones de este domingo.

Además, se suma la amenaza de muerte a Petro del ex sicario de Pablo Escobar, “Popeye”, quien le dijo en redes sociales que su fusil hablaría por él. Las horas que restan están dedicadas a los debates en la prensa. Y los pronósticos se roban el show junto a las acusaciones y réplicas de los presidenciables, mientras que más de 10,000 ex combatientes de Farc deciden su voto y se preparan para ir a las urnas ahora como ciudadanos, en contraste con años pasados cuando atacaban los puestos de votación, incendiaban vehículos o prohibían elecciones por medio de la violencia. Por primera vez, los colombianos elegirán a su jefe de Estado con la guerrilla más poderosa ahora desarmada y convertida en partido político, mientras en La Habana, Cuba, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) negocia un posible fin de la guerra con la última organización insurgente activa en el país.

También es histórico que en este año la mayoría de los aspirantes se presentan con firmas de respaldos y no con avales de partidos políticos. Según informó  la Registraduría solo cuatro elecciones presidenciales han superado la participación en un 50 por ciento. El abstencionismo es característico en este país, donde el fin de las violencias y el conflicto armado, la corrupción y el narcotráfico se presentan como los principales problemas junto al funcionamiento de la economía y el acceso a las tierras.