Imparable, el dólar arrancó la semana con un pronunciado salto de 49 centavos con relación a la cotización del viernes y estableció así un nuevo record, equivalente a una devaluación del 1,9 por ciento en un día. La consultora Fitch, mientras tanto, predijo un "patrón de crecimiento débil y volátil".

   Esta nueva disparada del billete estadounidense se enmarca en la decisión del Gobierno de dejar flotar libremente el tipo de cambio, condición que forma parte del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

   Ese convenio prevé un auxilio financiero de 50.000 millones de dólares, con un primer desembolso del 30 por ciento a partir del 20 de junio, a cambio de un fuerte ajuste en las cuentas públicas para bajar drásticamente el déficit.

   Sólo en mayo, la devaluación de la moneda nacional superó el 22 por ciento, y acumula en un año una depreciación del 63,5 por ciento. En dos años la suba del dólar fue del 87,9 por ciento.

   De este modo, entre el viernes -un día después del anuncio de acuerdo con el Fondo- y el lunes, la moneda norteamericana acumuló un alza de 86 centavos.

   Según un promedio publicado por la autoridad monetaria, la divisa cerró a 25,46 para la compra y a 26,44 para la venta. De acuerdo con el promedio del Central, el billete arrancó la rueda a 24,97 comprador y 25,93 vendedor, trepando a las 13 a 25 y a 25,96 para las dos puntas antes de llegar al cierre.

   Las carteleras de los bancos ofrecieron una fuerte dispersión de precios: el Galicia lo vendió a 26,80 -uno de los más altos-, seguido por el Industrial, a 26,75 y el Itaú y el Patagonia, a $26,50.

   El Banco Nación, que también suele tener intervención en el mercado cambiario, ofreció el billete norteamericano a $26,47 para la venta.