El Mundial se puso en marcha. El segundo puntapié inicial lo dieron Rusia y Arabia. El primero, lo había dado, el día anterior, la Federación Española de Fútbol cuando le asestó una patada justo ahí a Julen Lopetegui, que lo envió decúbito dorsal al Santiago Bernabéu sin escalas.

Pero antes, hubo una fiesta inaugural que devino en siesta, ya que resultó ciertamente aburrida.

Al comenzar la ceremonia sale al césped del Estadio Olímpico una multitud de rusos de diversas alturas cual si fueran mamushkas, con atuendos de distintos colores y banderas de los 32 países participantes. No está Chile.

Entra al campo de juego la Mascota del Mundial, que no es otro que Chiquito Romero disfrazado, cumpliendo el sueño de estar presente en Rusia 2018.

Al toque entra el arquero español Iker Casillas acompañado de una modelo rusa que está más buena que ver el Mundial en un Smart TV de 90 pulgadas. El guardameta –que aquí trabaja de “guardacopa”– exhibe el trofeo de la Copa del Mundo a los plateístas rusos como diciendo “mírenla ahora que ni en pedo la ganarán ustedes”.

Entra Robbie Williams y canta “Let Me entertain You”. Hinchas argentinos presentes en la ceremonia le piden una que sepamos todos y Robbie canta el hit del verano, que volverá a estar vigente durante el Mundial ya que en Rusia están entrando en el verano.

Ingresa al césped una soprano rusa con nombre de antihistamínico: Aida Garifullina y canta. También entra el ex jugador Ronaldo y por suerte no canta. Robbie y la Rusa siguen cantando, mientras una nueva camada de bailarines rusos con trajes típicos de los 32 países comienza a agitar las 32 banderas.

Hacen todos una coreografía digna de Flavio Mendoza pero con más presupuesto. Todos forman bailes alrededor de una pelota grandota que hay en el centro del campo. Un bailarín pasado de vodka se confunde y entra a bailar alrededor de Ronaldo que está más redondo que una Telstar 18.

Entra Sampaoli vestido de Mahatma Gandhi insistiendo con eso de que de la suspensión del partido contra Israel “fue un aporte a la paz”.

En la platea VIP, Vladimir Putin le muestra los 5 dedos de la mano izquierda al príncipe árabe Mohamed bin Salman como diciéndole: “Hoy se comen 5”.