Muchas personas critican a los adolescentes, porque no quieren que expresen su opinión, vayan a marchas, tomen escuelas y hagan reclamos. Y fueron ellas y ellos la fuerza que le terminó de dar empuje a un reclamo de tantos años. Cambiaron los pines de sus mochilas por pañuelos, se pintaron el pelo y la cara de verde y demostraron a la sociedad que son verdaderas activistas. A pesar de ello, fueron hostigadas y hostigados por muchos medios de comunicación que minimizaron su lucha con el argumento de que tienen que estudiar o que son menores de edad.

Es bueno recordar que muchas de ellas y ellos votan, sus cuerpos ya pueden procrear, que sufrieron abortos, que algunas ya no están, que tienen relaciones sexuales, pueden contraer muchas de las obligaciones y pueden ser sancionados penalmente por leyes que están establecidas en nuestro cuerpo normativo. Sin embargo, se les sigue cercenando derechos, invocando su falta de madurez.

El embarazo adolescente es una problemática que los atraviesa. Los abusos sexuales en la infancia y adolescencia tienen una frecuencia alarmante, como así también las distintas formas de violencia.

Porque ellas dotaron cada jornada de la alegría y el compromiso que se necesitan para sostener este reclamo que lleva implícito años y años de dolor y muerte.

Ante cada micrófono que les pusieron pidieron la sanción de una ley de aborto seguro, legal y gratuito y también por sus derechos: más y sostenida educación sexual, métodos anticonceptivos gratuitos, protocolos en los casos de violencia. Demostraron que están a la altura de las circunstancias, porque se informaron y sabían perfectamente qué y cómo peticionar. El ímpetu fue tal, que fue contagioso, en cada subte, en cada bar, en cada esquina, tiradas en el piso pintando una bandera, bailando, haciendo una performance o atándole el pañuelo a un compañero.

Es la generación que se anima a quitar el polvo, remover prejuicios, inventar un lenguaje y poblar las calles con arrollador compromiso. “En la calle está la posta”, dijo una adolescente ante la pregunta de una periodista. Y qué razón tiene. Fue una alegría encontrarlas en cada etapa de esta lucha. Vamos por lo que falta.

Q Especialista en infancia.