El Parlamento de Canadá aprobó ayer el uso recreativo de la marihuana, con lo que se convierte en el segundo país en adoptar esa medida después de Uruguay, que lo hizo en 2013. Sólo en estos dos países se aprobó legalizar toda la cadena de comercialización del cannabis. En otros, como Portugal y la República Checa, se legalizó el uso medicinal. Y en Holanda, por ejemplo, se tolera la venta y la tenencia (tal como en la Argentina se tolera la venta de hoja de coca), pero se aplica lo que legalmente se conoce como principio de oportunidad y se elige no perseguir ciertas conductas; por eso se habla de tolerancia y no de legalización

El proyecto de ley fue aprobado en el Senado por 52 votos a favor y 29 en contra, con dos abstenciones. La medida empezará a regir a partir del 17 de octubre. La legalización para uso lúdico de la marihuana era una promesa electoral del primer ministro, Justin Tru-   deau, y llega después de siete meses de intenso debate parlamentario. “Ha sido demasiado fácil para nuestros hijos obtener marihuana, y para que los delincuentes logren beneficios. Hoy, cambiamos eso. Nuestro plan para legalizar y regular la marihuana acaba de pasar el Senado”, escribió Trudeau en su cuenta de Twitter.

El senador Tony Dean, que promovió el proyecto de ley, destacó “la votación histórica para Canadá” que tuvo lugar en la Cámara Alta y que supuso “el final de noventa años de prohibición” y de “un enfoque que sencillamente no ha funcionado”, según la cadena CBC. Se trata de una “política social transformadora” y “un paso valiente por parte del gobierno”, añadió Dean, para quien lo importante es que ahora Canadá podrá “comenzar a enfrentarse a algunos de los daños del cannabis”, a ser “proactivos en la educación pública”. “Veremos el fin de la criminalización y podremos comenzar a abordar el mercado ilegal de 7000 millones de dólares de Canadá. Estas son cosas buenas para Canadá”, agregó.

La ministra de Salud, Ginette Petitpas Taylor, dijo que las provincias necesitarán de dos a tres meses después de que se apruebe el proyecto de ley antes de que estén listas para implementar el nuevo régimen de cannabis legalizado.

El proyecto de ley presentado por el gobierno canadiense permite que cada vivienda pueda cultivar un máximo de cuatro plantas de marihuana.

Pese a que la legalización es una ley federal (que por lo tanto rige en todo el territorio), ya surgieron algunas voces disidentes. La ley aprobada autoriza un cultivo máximo de cuatro plantas por vivienda, pero la ministra de Salud pública del Québec, Lucie Charlebois, dijo que en su provincia no se aprobó el autocultivo. El mismo planteo hizo la provincia de Manitoba. 

Tras el voto del Senado la ley deberá ser homologada por la gobernadora general del país, que representa a la reina Isabel II. Pero ese paso, que se espera que se realice en las próximas horas, no es más que un mero trámite para que Canadá se convierta formalmente en el primer país del G20 –el ente que agrupa a las 20 mayores potencias del planeta– en autorizar el libre consumo y producción de marihuana.

Canadá pone así fin a la prohibición que pesaba sobre el cannabis desde 1923. El uso medicinal estaba permitido desde 2001. La legalización total de la marihuana formaba parte del programa electoral con el que el hoy primer ministro, el liberal Justin Trudeau, ganó las elecciones de 2015. Entre sus argumentos a favor de la medida citaba el hecho de que, al quedar en manos del Estado, el cannabis no estaría al alcance de los menores y del crimen organizado que hoy se lucra con su producción y venta. “Ha sido muy fácil para nuestros niños hacerse con marihuana y para los criminales cosechar beneficios (derivados de su comercialización). Hoy cambiamos eso”, ha escrito en un tuit el jefe de Gobierno canadiense. Por su parte, Ginette Petitpas Taylor, ministra federal de salud, dijo que se trata de una política responsable y equilibrada.

La regulación sobre la producción de cannabis se aplica a escala federal, pero en el caso de la venta, las autoridades estatales y locales tienen un mayor poder de acción tanto sobre los establecimientos de titularidad pública como sobre aquellos de propiedad privada.

La ley estipula, entre otros puntos, que el cannabis sea producido por compañías autorizadas –muchas de ellas se dedican ya a la marihuana de uso medicinal– y que la venta tenga lugar en tiendas propiedad de las distintas provincias –en un caso similar a los establecimientos que expenden alcohol–. Además la norma también señala que la posesión no puede ser superior a los 30 gramos y establece la edad mínima de compra y consumo en los 18 años, aunque algunas provincias ya indicaron que en sus territorios será a partir de los 19 años, como sucede con las bebidas etílicas. El 75 por ciento del dinero recabado en impuestos llegará a las provincias y el 25 por ciento restante irá a las arcas federales.

Al ser la primera gran economía del mundo en legalizar plenamente el cannabis, el paso dado por Canadá será, previsiblemente, observado muy de cerca por otros grandes países que ahora debaten si actuar o no en la misma dirección. También por inversores globales, que ya han invertido dinero en empresas canadienses relacionadas con el creciente negocio de la marihuana, que ya están en el centro del frenesí financiero. El plan inicial del gobierno canadiense pasaba por que la producción y el consumo de marihuana fuesen plenamente legales en julio de este año, pero el nuevo esquema legal entrará finalmente en vigor un par de meses después.