Shell aumentó el precio de los combustibles entre 9 y 11 por ciento, por encima del ajuste que aplicó YPF durante la jornada anterior, del 5 al 8 por ciento. En tanto, Axion siguió los pasos de sus competidoras y aplicó un aumento de hasta el 8 por ciento en su red de estaciones. El nuevo incremento de los combustibles echó por tierra la intención del Gobierno de limitar la suba al 3 por ciento. El argumento para justificar los ajustes es la suba del dólar. En YPF, el aumento acumulado en el año es del 18 por ciento. La nafta tiene una incidencia central en el índice de precios al consumidor, que nadie espera que quede por debajo del 30 por ciento este año. “Hubo un intento de hacer un acuerdo, pero fue muy difícil porque el barril de petróleo aumentó”, se lamentó el ministro de Energía, Javier Iguacel.

Shell modificó las pizarras de la siguiente manera. La nafta súper aumentó un 9 por ciento hasta 29,52 pesos en la Ciudad de Buenos Aires; la V-Power, un 11,1 por ciento hasta los 34,99 pesos y el gasoil común un 9,5 por ciento hasta los 25,82 pesos. En el caso de Axion, la nafta súper subió un 5 por ciento hasta los 28,08 pesos por litro, mientras que la de mayor calidad trepó un 8 por ciento hasta los 33,75 pesos. A su vez, Shell y Axion siguieron los pasos de YPF. En la petrolera estatal, la nafta súper pasó en el área metropolitana de 26,50 a 27,83 pesos por litro, un incremento del 5 por ciento. El mismo porcentaje aumentó el gasoil, al pasar de 23,05 a 24,20 pesos. En cambio, las versiones premium de nafta y gasoil saltaron 8 por ciento.

Los nuevos precios de la nafta implican el primer revés para el nuevo ministro de Energía, quien había encarado una negociación con las petroleras para evitar ajustes mayores al 3 por ciento. “Les dije a los señores de YPF que juzguen y pongan el precio que corresponda. Y ellos pusieron el precio teniendo en cuenta cuidar a sus clientes y seguir invirtiendo para desarrollar el enorme potencial que tenemos”, dijo Iguacel.