Junto a Sergio Rower, ahora a cargo de la producción, y Luis Rivera López –en la puesta en escena, texto y dirección, junto a Gustavo Manzanal– otras dos fundadoras de Libertablas completan la compañía actual: Mónica Felippa (que en Las mil y una noches es la reina de Persia) y Mimí Rodríguez, que entra y sale entre bailarinas, cortesanos, soldados, y es también la mamá de Aladino. Otros seis actores, bailarines y manipuladores de objetos completan el elenco: Marina Svartzman, Julieta Rivera López, que es Sherezade, Mathías Carnaghi, que entre otras cosas encarna al malvado Shariyar, Juan Castillo, Diego Ferrari y Jorge Sánchez. La puesta, el diseño de títeres y el vestuario, con toda su magia de Oriente, es obra de Alejandro Mateo, y de la realización de títeres y escenografía se encarga el taller de la cooperativa Libertablas. 

  Con esta obra, la compañía suma en este momento once espectáculos en cartel. Otras grandes producciones como Leyenda, Cuentos de la selva y Pinocho. Cuatro espectáculos medianos, más móviles, como la reciente Picardías de Juan el Zorro, David y Goliath y Cuentos al derecho. Y tres espectáculos del ciclo Teatro al aula, para jóvenes y adultos: una adaptación de La vida es sueño, de Calderón de la Barca, de Martín Fierro y Acerca de Discépolo, con momentos de Mateo, Cremona y Stefano. Varios de estas son puestas que vienen haciéndose desde hace años, y así Libertablas hoy contabiliza cerca de tres millones de personas que vieron sus espectáculos. Muchas de ellas, por fuera de los teatros, algo expresamente buscado por el grupo. “La potencia que da la posibilidad de llegar a una escuela, a un comedor comunitario, a un geriátrico, transforma lo que sentimos cuando estudiábamos y leíamos para qué estaba el teatro en la vida”, observa Rower. “Que los clásicos no eran clásico porque eran lindos en las grandes bibliotecas, que las historias de los grandes autores se pueden hacer en cualquier lado y se van a entender porque son esencialmente clásicos, porque los conflictos y los seres que ves en esa ventanita que es el teatro son iguales a vos. Esa es la universalidad que a nosotros nos gusta.”