Las inversiones de Estados Unidos no llegarán, al menos, por parte de las empresas del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump. Su hijo Eric Trump fue el último de una serie de portavoces que dejaron en claro que la Torre Trump que pensaban construir en Buenos Aires quedó suspendida hasta nuevo aviso. El anuncio llega después de que el Gobierno porteño mandara a los intermediarios del empresario a iniciar los trámites de cero y luego de una controversia por la supuesta mención del tema en la conversación telefónica que tuvieron Trump y el presidente Mauricio Macri, algo que ambos negaron. Quedará en el olvido la extraña cadena de intermediarios vinculados al negocio del juego que aparecían en los expedientes porteños.

De paso por Punta del Este, el tercer hijo de Trump se mostró cordial a la hora de confirmar que la torre que tenían previsto hacer desde 2007, para la cual habían hecho los trámites ante el Gobierno porteño y tenían ya un estudio de arquitectos (el del padre del actual ministro de Hacienda), ahora pasó a ser solo una idea lejana: “Nos gustaría encontrar algo. Pero será en el momento que tengamos la ubicación justa y el proyecto adecuado, Pero es una ciudad maravillosa, en la que estuve muchas veces”, sostuvo Eric Trump, pese a que la obra que tenían prevista ya tenía lugar: Cerrito y Bartolomé Mitre. El proyecto, que implicaba una inversión de 100 millones de dólares, era ambicioso: oficinas de 35 pisos, con cocheras y dos subsuelos. Unos 47 mil metros cuadrados en total.

“En Buenos Aires, estamos en la etapa previa de mirar un proyecto. Todavía nada fue finalizado ni firmado. Pero ya encontraremos algún proyecto, algo que podamos hacer tremendamente bien”, sostuvo Eric Trump sin perder la sonrisa. Más seco fue el abogado de Trump, Alan Garden, quien anunció que no continuarán los proyectos en Buenos Aires ni en Pune, India. Por su parte, los socios argentinos también confirmaron el parate: “La familia Trump decidió desactivar todas las obras que aún no estaban en marcha fuera de los Estados Unidos”, afirmó Juan José Cugliandolo, director general de YY Development Group, que integran los empresarios Felipe Yaryura y Moisés Yellatti. Este último es el suegro de Nicolás Dujovne, quien admitió que los negocios comenzaron cuando él conoció a Eric Trump. De paso, el hijo del presidente de los Estados Unidos se ocupó de volver a desmentir que los negocios inmobiliarios hubieran formado parte de las conversaciones entre su padre y Macri: “Mi padre dijo que no era cierto. Y Macri también dijo que no era cierto.”

El parate actual contrasta con el apuro que tenían hasta fines del año pasado, cuando Yaryura daba a entender que, tras algunos trámites sin importancia, la obra comenzaría en junio de este año. Los intermediarios del proyecto de la Torre Trump en Buenos Aires habían pedido que se hiciera una excepción para permitirles acelerar la obra. Sucede que habían iniciado el trámite y obtenido los permisos para hacer la obra en 2007, pero como pasaron más de tres años sin que se iniciara la construcción, habían caducado. Lo que pedían es que se le permitiera avanzar sin volver a iniciar el trámite de cero.

Luego de la polémica por la supuesta conversación del tema entre Macri y Trump, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta se ajustó a los reglamentos. Tras días de hermetismo, el Ministerio de Desarrollo Urbano informó que en febrero de 2007 una empresa llamada Kubic S.A. inició el trámite, consiguió la aprobación de los planos y el permiso de obra. Como la construcción no comenzó, los permisos caducaron a los tres años. También indicaron que en agosto de este año otra empresa, Repetto Oeste S.A., pidió reactivar el expediente, pagar los derechos de construcción e iniciar la obra. Según el Gobierno porteño, “el pedido no fue otorgado dado que se vencieron los plazos y la solicitud caducó. Por lo tanto, no hay permiso de obra vigente para el terreno en cuestión, y los interesados deberán reiniciar los trámites desde cero”.

El trasfondo de la obra estaría relacionado con la interna entre dos estudios de arquitectura. Uno está vinculado al subsecretario de Registros, Interpretación y Catastro, Rodrigo Cruz, un hombre cercano al secretario de Obra Publica, Daniel Chain, y al ex subsecretario de Planeamiento Urbano, Héctor Lostri, que hoy es subsecretario de Producción para la Defensa. Lostri y Cruz comparten un estudio de arquitectura llamado 3S Arquitectura. También compartieron una causa judicial por el presunto desvío de fondos por parte del entonces titular del Consejo del Menor y la Familia Atilio Álvarez, que entre 1995 y 1998 contrató al estudio de arquitectos de Lostri y Cruz para remodelar los institutos de menores. Esa causa terminó con una probation.

El otro estudio de arquitectura es el de Berardo Dujovne, padre del ministro de Hacienda, que fue quien llevó el proyecto de la Torre Trump. “Los estudios de Lostri y Dujovne están enfrentados. El primero es macrista; el segundo está más vinculado a la época de los radicales en el Gobierno porteño. Cruz le había parado el expediente”, sostuvo una fuente que conoce de cerca la administración porteña.

Lo cierto es que el dictamen del procurador porteño, Gabriel Astarloa, negó toda posibilidad de retomar el trámite, Señala que no hay vinculación aparente entre las empresas Kubic S.A. y Repetto Oeste S.A. Las conexiones de esta última llaman la atención: ante el Gobierno porteño se presentó como presidente de esa empresa Federico Buzinel, que trabajó en empresas del juego como Crown Casino (en Río Negro), que pertenece a Gustavo Di Maggio. Este empresario aparece vinculado al dueño de Repetto Oeste, Juan Nauleau, y a un consorcio de empresas del juego llamada Argentine Gaming Group, que tiene 1355 máquinas tragamonedas y dos bingos en Avellaneda. Entre los empresarios de ese grupo aparecen los hermanos Gastón y Martín Blaquier. Este último, que se suicidó a principios del año pasado en Punta del Este, tuvo participación en distintas empresas del Grupo Macri, como Sideco, Correo Argentino e Iecsa, la empresa que conduce hoy Angelo Calcaterra.