Después de un mes cerrado, el cine Lorca reabrió sus puertas el jueves 5 de enero. Fue un cierre provisorio por reformas y el casi el último bastión de las salas en la avenida que nunca duerme (dormía) volvió renovado, remozado. Se hicieron arreglos en los baños, cambios de butacas y mejoras en los equipos de imagen y sonido.

Entre el 5 de diciembre y el 5 de enero se hicieron las obras de reparación

Clásico cine arte de la avenida Corrientes, ahí a media cuadra del 1400, entre Uruguay y Paraná, vuelve a encenderse cada noche el cartel luminoso verde, el mismo que ve pasar las décadas desde su rincón porteño. La fachada, vidriada negra y espejada, también perdura, y tal vez también el eco de un Buenos Aires de antaño, en el auge de la modernidad del siglo XX.

La sala de la Planta Baja, a nuevo.

Primero fue el Cine Éclair, pero en 1968 inauguró la sala actual con el nombre Lion y se sumó, así al circuito de cine artes que estaban en Corrientes, entre la 9 de Julio y Callao: el Lorange, el Lorraine, el Losuar y el Loire, un recorrido de salas que comenzaban con L, de las cuales ya no queda ninguna. Salvo el Lorca.

El jueves 5, el Lorca reabrió con propuestas de estrenos en la cartelera.