Defendamos La Plata, la ONG que tanto hace para defender el patrimonio de esa gran creación urbana de los argentinos, acaba de publicar un balance del año. Es también una dura crítica a la flamante gestión del macrista Julio Garro, elegido en diciembre de 2015 con nada menos que el 64 por ciento de los votos, una muestra del desprestigio terminal de su antecesor. Pues para DLP, este año lleva a conclusiones “negativas y desoladoras”.

Garro condujo una campaña hábil prometiendo algo muy ausente en La Plata, un gobierno que escuche  los reclamos de los vecinos. Los platenses habían visto cómo la gestión anterior no sólo había revertido el sistema de protección de su patrimonio edificado sino que había impuesto, en una sesión cerrada y a los apurones, un código urbano que le regalaba la ciudad a los especuladores y descalabraba todo intento de planeamiento. Fue un escándalo que terminó en la justicia y básicamente costó la intendencia.

Pero la ONG explica que el gobierno de Garro sigue siendo sordo a los reclamos de los vecinos y que el espacio público “alcanza inauditos picos de abandono, con la novedad de esqueletos de automóviles multiplicándose en las calles”. El nuevo intendente no parece tener ningún plan para balancear el crecimiento con la infraestructura y la habitabilidad, y parece impotente ante la aparición de nuevos basurales a cielo abierto. El transporte público se deteriora cotidianamente en la capital bonaerense, mientras es cada vez más notorio el problema del vandalismo.

Según Defendamos La Plata, Garro enajena espacios verdes, permite o no pune talas sin reforestamiento, no parece objetar la ocupación de cableados por todo el centro, deja hacer en las demoliciones de edificios patrimoniales y no parece dispuesto a cerrar el capítulo del Código urbano derogándolo, como había prometido. De hecho, varios funcionarios con orden de detención y procesados siguen en sus puestos sin mayores problemas.

De hecho, el nuevo intendente parece tan dispuesto a defender a los especuladores inmobiliarios como el anterior, que arruinó su carrera política por cuidar los intereses de estos “emprendedores”. Garro es joven, pero parece que quiere ser intendente por un período solamente y luego dedicarse a otra cosa.