Después de dedicarse años al diseño gráfico por falta de oportunidades en el mundo de la industria, el nacimiento de sus hijos provocó en el diseñador industrial Marcelo Meder las ganas de dedicarse al producto. Fue jugando con ellos como salieron juguetes y con el tiempo la colección propia, Monoblock, de juguetes para armar en madera. Autos, aviones, camiones y helicópteros que los chicos pueden pintar a su gusto.

“La línea propone diseños-base en álamo seco de reforestación, al que los chicos pintan mientras encastran las piezas de goma eva (no tóxica y reciclable) según el color que ellos mismos eligen. Al mismo tiempo tanto las cabinas como las ruedas son intercambiables entre los diferentes modelos, logrando expandir las posibilidades del juego casi infinitamente”, adelanta su autor.

Lo interesante de la propuesta es que además de poder interactuar con otros juguetes, los arman los propios chicos.

“Como estudiante de diseño industrial de la UBA en la década del ‘90, cuando el país desintegraba su industria, no tuve más oportunidad que dedicarme al diseño gráfico, que fue mi sustento durante esa época. A raíz del nacimiento de mis hijos formó parte de nuestro juego la realización de juguetes propios y así, entre el disfrute y el juego, fue tomando forma la idea de Monoblock. Yo les proponía materiales amigables y ellos me devolvían intereses determinados por las formas, colores y funciones”. 

“De esa conjunción surgieron los primeros bocetos y prototipos que con mucho esfuerzo y tiempo presenté en una Feria de Diseño en Quilmes (DAS Diseños al Sur/2011) donde me dieron la primera oportunidad de mostrarlos al público. La buena aceptación me permitió profundizar en la idea y empezar a pensar en una pequeña producción. El camino fue largo pero muy edificante, hasta llegar el día de hoy en que el emprendimiento sigue creciendo y paso a ser mi forma de vida”, detalla Meder.

Sus juguetes fueron finalistas del Concurso Nacional del Juguete 2012 auspiciado por la CAIJ y el Ministerio de Industria de la Nación, y fueron distinguidos por el concurso Innovar en sus ediciones 2011, 2012 y 2013. Están presentes en el Museo del Juguete de San Isidro y fueron seleccionados para la muestra del MICA 2013 en Tecnópolis. También obtuvieron el “Sello del buen diseño” del Plan Nacional del Diseño del Ministerio de Industria de la Nación.

En cartón

La línea Krafty, obra de la dupla formada por la diseñadora de indumentaria Carolina Radice y el licenciado en Relaciones Públicas

Patricio Murphy, apela también al armado de los chicos pero en otra materialidad, el cartón. Un divertido avión para armar en familia.

“Krafty es un emprendimiento que llevamos adelante con mi mujer, Carolina Radice. Nos adentramos en el mundo de los juguetes porque nos encantó la posibilidad de poder producir disparadores para que los chicos imaginen, creen aventuras y poder compartir ese mundo. Es un trabajo que da licencias para jugar y alimentar ese niño que llevamos dentro, lo que nos encanta. Elegimos el cartón como materia prima, porque buscábamos un material sustentable, reciclable y seguro. De hecho un gran porcentaje del cartón que utilizamos es reciclado”. 

“Combinamos nuestras capacidades y creo que logramos potenciarnos y disfrutar mucho de lo que hacemos. El avión nació después de mucho pensar e imaginar juntos, combinando mi experiencia laboral en dibujo técnico y la capacidad estética de Caro”, señala Murphy. Mientras aclaran que esto recién empiezan y tienen muchos más modelos en el tablero, que irán lanzando con el tiempo.

“Queremos que nuestros juguetes sean un disparador de la imaginación. Focalizamos nuestra mirada en los chicos como protagonistas de sus juegos, con un rol activo en su armado, en hacerlos únicos, Nuestros juguetes son una excusa para soñar aventuras”, cuenta la dupla. Y suman que sus construcciones son en materiales sustentables y  cien por ciento reciclables (cartón corrugado, cartulina y cordones de algodón). “Una vuelta a lo simple, un escape de las pantallitas, las pilas y el plástico, que tanto abunda en el mercado. Una apuesta a compartir momentos de juego con nuestros peques”, rematan.