A los 64 años, Al Di Meola es uno de los héroes de la guitarra en ese segmento del gusto musical que oportunamente se llamó “Fusión”. Entre los más de treinta títulos de su discografía abundan los buenos momentos, entre energías provenientes del rock y el jazz, aperturas estilísticas y un sonido que combina lo eléctrico y lo acústico no siempre con el paso del tiempo a favor. Seguramente Viernes por la noche en San Francisco es uno de sus discos más impactantes. El registro en vivo del encuentro entre Di Meola, Paco de Lucía y John McLaughlin producido el 5 de diciembre de 1980 en el Warfield Theatre de San Francisco, marcaría el rumbo de la guitarra en la década de los ‘80, poniendo el virtuosismo instrumental en primer plano.  Ese disco del trío tendrá una continuidad en 1983 con Passion, Grace and Fire -nombre que deriva de un tema de Di Meola, otro trabajo notable, pero sin la magia del “vivo”. 

Di Meola traía esa idea de eficiencia instrumental de su paso, a mediados de la década de los ‘70, por Return to Forever, junto a Chick Corea, Stanley Clarke y Lenny White. Como parte de ese grupo emblemático grabó Where Have I Known You Before (1974), No Mystery (1975) y Romantic Warrior (1976). Su primer trabajo primer solista, Land Of The Midnight Sun, es de 1976 y prolonga, aunque de manera personal, la lección de Return to Forever. Sólido en las composición y en la producción y brillante en las ejecuciones, la música de Di Meola, con la diestra guitarra como mascarón de proa, sostendrá esa idea con discos como Elegant Gipsy (1977), con el que reproducirá una versión algo edulcorada del universo flamenco; Electric Rendezvous (1982), en el que elabora un marcado rasgo latino; Scenario (1983) donde experimenta otra vez en el jazz eléctrico, con el tecladista Jan Hammer, además del formidable Cielo e terra (1985), un disco acústico y guitarrístico, corajudamente despojado para los parámetros de la época.  

Los 90 fueron para Di Meola tiempos de profundización de lo latino a través del encuentro con el tango. World Sinfonía (1991) y Heart of Inmigrant (1993), Di Meola Plays Piazzolla (1996) y World Sinfonía Live in London (2207), en los que participa Dino saluzzi, son buenas muestras de un cambio de sentido en el estilo de la fusión. Orange and Blue (1994), con Mario Parmisano, Hernán Romero y Andrés Boiarsky, afirma su cercanía al jazz de la época, que se exalta en The Rite of Strings (1995), junto al violinista Jean Luc Ponty y el bajista Stanley Clarke.  

El nuevo milenio lo llevó a prolongar y profundizar de distintas maneras sus experiencias. Diabolic Inventions and Seduction (2007), para guitarra sola y Morocco Fantasia (2011), entre las distintas reelaboraciones de World Sinfonía, marcaron una época que bien podría resumirse en este nuevo Opus.