María Rosa Martínez, que es arquitecta, vive en San Telmo y es integrante de Casco Histórico Protege, decidió sumarse a este grupo de vecinos que denuncian las obras irregulares en la ciudad de Buenos Aires porque considera que es muy peligroso que se autoricen obras de alturas que no están permitidas.

Una de las obras denunciadas es la construcción del edificio Astor, en el barrio de San Telmo, de la que ella vive a unas cuadras. Sin embargo, ella hace hincapié en que “son muchas” la sobras ilegales en la ciudad.

–¿Usted vive cerca del Astor?

–Estoy a unas cuadras. El Astor es un símbolo de las irregularidades en el otorgamiento de permisos para construir a alturas ilegales. Desde hace tiempo que estamos viendo que pasa esto en la ciudad. No se respeta el casco histórico y la protección de los edificios. En San Telmo se hizo un edificio en la avenida Juan de Garay y Chacabuco que es una torre infernal. Hay una normativa que cubre toda un área y se hizo una ampliación que es la BH1 14, que extiende esa protección hasta la avenida 9 de Julio y sin embargo hay recovecos para no cumplir la norma que es muy clara y que dice qué es lo que no se puede hacer. Sin embargo eso no se respeta y aparecen disposiciones que permiten hacer otra cosa. 

–¿Se juntaron los vecinos de San Telmo para visibilizar lo que pasa?

–Acá estamos en un grupo que es Casco Histórico Protege y nos hemos reunido a partir de situaciones que comenzaron con el edificio de Garay y después por distintas situaciones. Y nos vamos juntando a medida que surgen estas irregularidades. Hubo un movimiento interesante de todos los vecinos de la calle Caseros a partir del Astor y a partir de esa convocatoria nos seguimos juntando para proteger el barrio y cuidarlo. 

–¿Han hecho reclamos?

–Por el Astor se presentaron notas en el Gobierno de la Ciudad, además de otros temas como por ejemplo que levantaron la vía de la calle Defensa y también por el adoquinado. Hicimos varios reclamos. Pero específicamente por el Astor se solicitó que explicaran lo que decía la disposición, se solicitó una reunión en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Tuvimos la reunión y no fueron muy claros. Tuvimos reuniones con la empresa constructora y con el estudio de arquitectura. Esto viene desde fines del 2016 y se les planteó que la disposición no cumplía con la normativa en lo que es muy evidente que es la altura del edificio y el retiro de frente que no está permitido en el área de protección histórica. Quedaron que iban a evaluarlo y después dijeron que no, que la altura no la iban a bajar, que ya tenían todo aprobado. En realidad por más que lo tengan aprobado no están cumpliendo con la ley. No está cumpliendo ni el que firma la disposición ni ellos. Pero los están autorizando. 

–¿Cómo empezó su movilización?

–Empecé como vecina participativa, terminé como directora de Casco Histórico y desde hace más de 20 años que vivo en San Telmo. Siento un enorme compromiso con el tema porque esto que está sucediendo no es privativo de San Telmo, está sucediendo en toda la Ciudad. Y es terrible que permitan determinadas alturas cuando no está permitido. Es peligroso.