Tras años de lucha del movimiento feminista, el debate por la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) llega a la Cámara de Senadores, luego de su aprobación en Diputados el 14 de junio. Se prevé una larga sesión y una movilización histórica, con millones de mujeres en la calle reclamando por la ampliación de sus derechos y por el fin de las muertes por abortos clandestinos. El sector antilegalización, integrado por grupos conservadores como la Iglesia Católica y Evangélica, ejerció una fuerte presión sobre los legisladores y también convocó a manifestarse en las inmediaciones del Congreso, que desde ayer permanecía vallado y con un fuerte operativo de seguridad. Según los números que se manejaban hasta anoche, el escenario se inclinaba hacia el rechazo y se mantenía una leve expectativa en la potencia del reclamo popular.

La semana pasada, en una tensa reunión del plenario de comisiones de Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales, 26 senadores acompañaron un proyecto con modificaciones a la media sanción proveniente de la Cámara baja. Centralmente los cambios que incluyeron establecían adelantar de la semana 14 a la 12 el plazo para la realización de un aborto, incorporar la figura de la objeción de conciencia institucional, eliminar las sanciones penales para los médicos que se nieguen a practicar una IVE y asignar una partida presupuestaria específica para las provincias, con producción pública de misoprostol inclusive. 

En esa oportunidad, los opositores a la legalización representados por figuras como Federico Pinedo, Silvia Elías de Pérez y José Mayans no presentaron una iniciativa de rechazo, ya que no contaban con las firmas suficientes para superar a los “verdes”. Sin embargo, impugnaron reglamentariamente el proyecto con el argumento de que no conseguía las firmas suficientes para convertirse en dictamen y ser tratando en el recinto. 

En este contexto y dada la correlación de fuerzas entre ambos sectores, lo más probable es que directamente se trate en el recinto la iniciativa tal como vino de Diputados y, en caso de ser aprobada en general, los cambios sean incoporados en el tratamiento en particular, artículo por artículo.

Anoche, el jefe del Bloque Justicialista del Senado, Miguel Pichetto y uno de los referentes del sector “verde” aseguró que no aceptarán “nada que tergiverse el espíritu de la lucha y el reclamo del colectivo de mujeres”. “Nosotros mañana en la discusión vamos con la media sanción que viene de la Cámara de Diputados”, completó el rionegrino. De ésta manera se descartó también el respaldo a otros proyectos alternativos como los que en los últimos días impulsaron el peronista santafecino Omar Perotti y la neuquina Lucila Crexell. 

Según se acordó ayer en la reunión de Labor Parlamentaria, los senadores tendrán 10 minutos cada uno para exponer. Los miembros informantes contarán con 15 y los cierres de los presidentes de bloque llegarán a 30 minutos cada uno. Confiados en un resultado a su favor, desde el sector celeste especulaban con la posibilidad de que no todos sus senadores hagan uso de la palabra y así acortar la duración de la sesión. De todas maneras, fuentes parlamentarias estimaban que la votación recién se produciría alrededor de la medianoche.