Hay buenas y malas noticias para Boca después de los partidos ante Libertad por la Copa Libertadores y contra Talleres por la Superliga y antes de la maratón que se le viene. Las buenas pasan por los números, por algunas actuaciones individuales y por las variantes que ofrece un plantel muy rico; las malas, por el rendimiento colectivo y las producciones de algunos de sus jugadores, por debajo de lo que se espera de ellos.

Dos jugados, dos ganados tres goles a favor y ninguno en contra son números para calmarle los nervios a cualquiera, máxime si esto viene avalado por el dato que indica que lleva 46 fechas como líder en distintas etapas de la Superliga. No se consigue de chiripa un record como este.

En el haber de Boca se debe anotar también que parece haber encontrado un arquero que ofrece tranquilidad en el fondo. Andrada no tuvo atajadas espectaculares, no fue exigido a fondo, pero resolvió muy bien cada vez que debió intervenir e impuso su presencia en los pelotazos aéreos ya sea rechazando con los puños o descolgando pelotas difíciles. Andrada no es técnicamente muy superior al pibe Rossi, pero tiene más experiencia y entró con el pie derecho. Otro que anduvo muy bien fue Izquierdoz, Firme, solvente en la marca, salió jugando con mucha autoridad en más de una  ocasión. Ahí Boca tiene variantes con Goltz en el banco, ex compañero de Izquierdoz en Lanús, cuando ganaron la Copa Sudamericana de 2013. Después juntos se fueron a México a distintos equipos y ahora se reencontraron en Boca aunque todavía no jugaron juntos, porque Guillermo sigue apostando al buen momento de Magallán.

Ayer, Andrada e Izquierdoz fueron los mejores y detrás de ellos aparece Cardona que había jugado muy bien contra Libertad y ante Talleres en el ratito que estuvo en la cancha metió dos pases de gol y clarificó mucho, pero aquí se terminan las buenas noticias y empiezan las malas.

Boca tiene mucho plantel, demasiados nombres para tan pobre rendimiento colectivo. No elabora juego, pasa mucho tiempo esperando una resolución explosiva de Pavón o algún remate al arco a la salida de una gambeta de Zarate o un cabezazo de pelota parada. Tal vez se necesiten horas de trabajo para limar, los egos, ajustar las posibilidades de resolución en equipo y la toma de decisiones para saber cuando jugar la individual y cuando buscar a un compañero. Hay mucha cámara indiscreta pendiente de cómo se miran o cómo reaccionan Tevez y sus amigos y Zárate.Y ellos, entonces, corren el riesgo de perder naturalidad y actuar para que se piensa que tienen una buena relación.

Otra mala noticia es que Tevez está muy lejos de su mejor versión. Ayer se mostró voluntarioso, enchufado al comienzo y pudo haber marcado un gol después de un gran caño aunque no definió con fuerza y luego se fue pinchando y se desinfló del todo tras un penal (una masita a las manos de Herrera) que necesitaba como el agua en el desierto. 

Boca venció a dos equipos técnicamente inferiores, con planteles mucho más modestos y no la pasó del todo bien en varios pasajes de esos dos partidos y contra Talleres fue beneficiado por el árbitro que no cobró un penal de Pérez. En esa mezcla de buenas y malas noticias el futuro de Boca es incierto.