En el regreso de Edgardo Bauza luego de 17 años, Rosario Central empezó con el pie derecho la Superliga, al vencer por 1 a 0 a Banfield en el Gigante de Arroyito, con respaldo para el capitán Marco Ruben luego del cruce con la dirigencia. El defensor Matías Caruzzo, uno de los refuerzos del equipo de Patón, fue el encargado de anotar el único tanto del encuentro con un cabezazo a los nueve minutos del segundo tiempo.

Central justificó su victoria en el segundo tiempo, después de una etapa inicial muy cerrada, con imprecisiones y pocas opciones de peligro. Es que después del cabezazo de Caruzzo, que había quedado en el área tras una jugada de pelota parada, en el amanecer del complemento se soltó y, con espacios desde la conducción de Néstor Ortigoza, buscó siempre el arco de enfrente sin especular.

Con la ventaja y la desesperación de Banfield, el circuito de pelota de los locales se hizo mucho más notorio y preciso, siempre bajo la batuta de Ortigoza. De hecho, Central mereció algún tanto más, pero Arboleda tuvo una noche espectacular y se encargó de negarle el gol a Herrera –con una reacción estupenda– y después al capitán Ruben.

Central cerró un buen estreno en esta etapa del Patón Bauza, más allá de la mesura que puede mostrar hacia afuera.