Jesús Martín-Barbero, nacido en España y adoptado en Colombia desde 1963, es uno los más importantes referentes teóricos del pensamiento latinoamericano de la comunicación. Su libro De los medios a las mediaciones (1987), traducido al inglés, el francés y el portugués, es una obra de lectura obligatoria en todas las carreras de comunicación de las universidades latinoamericanas y otras muchas del mundo. Pero además del mencionado trabajo el autor ha publicado una decena de libros y centenares de artículos científicos en los que debate sobre los temas de comunicación relacionados con la sociedad, la cultura, la educación, la tecnología y la filosofía.  

Ahora el colombiano sorprende con un libro titulado La palabra y la acción (Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, 2018) que, en realidad, es el texto de su tesis de doctorado presentada en la Universidad de Lovaina (Bélgica), en 1972, y que hasta el momento nunca había sido publicada. Lo que permite, tal como lo dice el propio autor, encontrarse con “la larga distancia del tiempo que va de los felices años sesenta a los desazonados tiempos que atravesamos en el inicio del siglo dizque nuevo u otro”,

El trabajo (202 páginas) es un ensayo de filosofía que enfrenta los desafíos de la historia contemporánea, buscando respuestas en la bibliografía y en los autores clásicos, pero intentando al mismo tiempo propuestas que bucean en la propia experiencia y en la reflexión. Anclada en una perspectiva que se adelanta en el propio subtítulo de la obra: “Por una dialéctica de la liberación”.

Se trata de una tesis de filosofía que, sin embargo, no elude lo comunicacional sino que, por el contrario, lo inserta como parte del objeto a pensar, como un componente insoslayable de la historia contemporánea.

La primera parte del libro, quizás la más filosófica, se dedica a discurrir sobre la “objetivación”, discutiendo la problemática de la palabra y la acción, que incluye sentencias tales como que “nuestra sociedad de masas exige una racionalidad que lleva oculta y explosiva en su seno la forma más trágica de irracionalidad, el vaciado de significado y de sentido” (p. 27). En esta misma parte, el trabajo de Jesús Martín-Barbero avanza sobre “la objetivación del lenguaje” y “la objetivación de la acción”.

En el segundo tramo de la obra el autor adelanta mucho de lo que luego sería su producción posterior directamente relacionada con la comunicación. Consta de tres grandes capítulos que llevan por título “De la incomunicación real a las teorías de la comunicación”, “La comunicación como lenguaje” y “La comunicación como acción social”. En este último apartado se sostiene que “ligada al lenguaje, pero sin identificarse y confundirse con él, la comunicación ‘hace’ la sociedad y es hecha por ella. Los individuos y los grupos humanos son el contenido y el significado. La comunicación es el ‘hecho social total’ por excelencia como esfuerzo integrador y como experiencia concreta, o mejor aun, como espacio totalizador de lo social” (p. 105).  

La tercera parte de la obra, que lleva por título “Autoimplicación”, abre una reflexión que, partiendo de la comunicación, pretende discutir el lugar del sujeto, sus responsabilidades, su compromiso y sus capacidades de transformación en la sociedad. “El sujeto se define –dice Martín-Barbero– por esa experiencia de trabajo que es esfuerzo de creación de relaciones con la naturaleza y con los otros hombres. No solo con la naturaleza exterior, sino, y primariamente, con la naturaleza de su ser como cuerpo, carne, libido, necesidad, deseo” (p. 123).

Todo el texto está impregnado, seguramente por influencia de la época en la que fue concebido, de una filosofía de la liberación, muy propia del pensamiento de las ciencias sociales de América Latina en los años setenta. “Un mundo de ideas y prácticas –como lo afirma el autor– que se atrevió a proclamar la posibilidad de la liberación.” Una perspectiva que todavía guarda vigencia en estas latitudes y en muchos de sus pensadores. 

A pesar de ser un trabajo escrito hace más de cuatro décadas, el libro de Jesús Martín-Barbero no sólo no ha perdido actualidad, sino que abre caminos para pensar la actualidad de la historia latinoamericana, de los aportes que el pensamiento de esta parte del mundo hace a la ciencia y a la academia en general, y continúa abriendo perspectivas para problematizar la comunicación hoy.  

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