Algunos de los empresarios vinculados a la obra pública desde hace décadas han reconocido ante la Justicia haber pagado coimas a cambio de obtener adjudicaciones en contratos millonarios. Varios de esos empresarios, o miembros de sus respectivos grupos familiares, figuran entre los beneficiarios del último blanqueo de activos. El reconocimiento de haber incurrido en prácticas que expresamente la ley de blanqueo señala como razones de inaccesibilidad al beneficio llevó a muchos a especular sobre si estos elementos no llevarán a la pérdida del beneficio de los confesos coimeros. Directivos de Techint y de Esuco, entre otros, estarían incursos en esa incómoda situación: haber participado en el blanqueo, por sí o a través de algún pariente directo, y ahora tener a su empresa comprometida por haber reconocido el pago de coimas a ex funcionarios. 

Luis Betnaza, director corporativo de Techint, “número dos” del grupo siderúrgico, declaró ante el juzgado de Claudio Bonadío que su empresa pagó “una compensación” a funcionarios de gobierno por gestionar ante el gobierno de Venezuela por una indemnización por la renacionalización de Sidor, en ese país. Según la información que hizo pública el periodista Horacio Verbitsky en el programa El Destape, entre los favorecidos por el blanqueo de Mauricio Macri aparecen dos primos de Paolo Rocca, Roberto Bonatti y Marcela Rocca. Bonatti es integrante además del directorio del grupo Techint. Marcela Rocca era la titular de la Fundación Techint. También figuran en la lista del blanqueo dos directores de Tecpetrol, la petrolera del grupo; Marcelo Martínez Mosquera y Alliata Di Montreale Paolo, además de los directivos del grupo Carlos Bacher, Guillermo Horacio Hang y Fredy Cameo.

Carlos Wagner, presidente y dueño de la constructora Esuco, y ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, expuso ante Bonadío los supuestos mecanismos de pagos de coimas de las empresas que se distribuían las adjudicaciones de las obras públicas. Juana Wagner, directora de Esuco, también apareció en la lista de los que se acogieron al blanqueo. 

Otras empresas comprometidas en el escándalo de la obra pública y los cuadernos fotocopiados son Cartellone y Pescarmona. La primera fue mencionada por Wagner como parte del “club de la corrupción de la obra pública”, como lo definió Paolo Rocca. María Rosa Cartellone, hermana de José, titular de la constructora que lleva como su nombre su propio apellido, también aparece en la lista de Verbitsky de beneficiarios del blanqueo. En cuanto a la metalúrgica mendocina Pescarmona, su director Francisco Rubén Valenti, también mencionado en las memorias del chofer Centeno, se encuentra detenido. Enrique Pescarmona, titular de la firma, también solicitó el beneficio de exteriorizar alguno de sus activos no declarados, sin tener que hacerse cargo de las obligaciones tributarias no abonadas en su momento.