En medio del conflicto que, por cuarta semana consecutiva, mantiene en jaque a las clases en las 57 universidades nacionales, el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, le atribuyó la responsabilidad del conflicto a una supuesta “alianza kirchnerotrotskista que tiró 14 toneladas de piedras desinformando y diciendo que la universidad está desfinanciada”. Tras la reunión paritaria del lunes en la que reiteró la oferta del 15 por ciento en tres cuotas, el funcionario admitió que el reclamo salarial es legítimo pero negó que la universidad tenga problemas de financiamiento. No obstante, el propio Gobierno admitió la subejecución presupuestaria al informarles a los rectores que ayer transfería las partidas para funcionamiento correspondientes a junio (ver nota aparte). 

Dirigentes gremiales y miembros de la comunidad universitaria respondieron inmediatamente a las declaraciones de Finocchiaro y ratificaron la movilización nacional en defensa de la universidad pública, que se hará mañana. En diálogo con PáginaI12, la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Carolina Mera, dijo que “es preocupante que un ministro de Educación reduzca el reclamo universitario a una cuestión partidaria cuando son la mayoría de universidades nacionales las que estamos movilizadas”. “En el año del centenario de la reforma universitaria, nos merecemos menos sloganes y más soluciones por parte del Gobierno”, sentenció.

“Esto es simplemente una política macartista que forma parte del operativo para intentar golpear la huelga. Aquí hay cuestiones concretas y reales: la propuesta del 15 por ciento que implica una reducción del salario”, sostuvo la secretaria general de la Asociación Gremial Docente (AGD-UBA), Ileana Celotto, en respuesta al titular de la cartera educativa. 

Finocchiaro indicó que “hay dos cosas” en discusión: “Una es el conflicto salarial; después hay toda una campaña que se ha montado en todo esto, que no la han hecho los gremios docentes universitarios, sino esa alianza kirchnerotrotskista que tiró 14 toneladas de piedras desinformando y diciendo que la universidad está desfinanciada”, soltó. En ese sentido, Celotto consideró que Finocchiaro “plantea que la Conadu Histórica mantiene un paro por una interna ante las elecciones de la semana que viene”, y disparó: “La inflación por las nubes, la devaluación en un 68 por ciento y el salario de los docentes universitarios no es trotskismo ni kirchnerismo: es la realidad dura de cómo pretenden que el ajuste lo paguemos los trabajadores”.

Según Finocchiaro, en la reunión del lunes con los gremios el Gobierno ofreció reabrir la negociación paritaria para intentar consensuar un número final. Eludiendo el hecho de que más del 90 por ciento del presupuesto universitario se destina a salarios, consideró: “El reclamo salarial lo admitimos, es legítimo, otra cosa es decir que este gobierno no defiende la universidad pública o la desfinancia porque eso es mentira”. “No podemos seguir teniendo carreras donde hay más profesores que alumnos”, deslizó el funcionario, utilizando otro de los argumentos que los gremios docentes se encargaron de desmentir.

En línea con el guión del Gobierno, el ministro señaló que “desde que asumimos, ha habido una aumento del 105 por ciento contra una inflación de 95. El año pasado el presupuesto creció, tampoco es verdad que se dejaron de ejecutar pagos”. La dirigente de Conadu Yamile Socolovsky le contestó con contundencia: “Ministro, sí qué hay desfinanciamiento del sistema: la subejecución presupuestaria es una constante desde 2016 y la inflación acumulada no es 95,2, es 132 por ciento”. 

En diálogo con este diario, la becaria postdoctoral del Conicet y dirigente gremial Lucía Maffey amplió la mirada al considerar que “la situación es muy compleja porque no sólo se está desfinanciando la investigación en general, sino que se están destruyendo las universidades como centros de investigación científica y tecnológica” y mencionó lo que consideró “un ejemplo brutal de las implicancias del ajuste presupuestario”: La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA está hace más de tres meses sin gas, “lo que no solamente hace insostenible la cursada y el dictado de clases en los meses de invierno, si no que influye directamente en el funcionamiento de laboratorios docentes y de investigación de la facultad”, subrayó. En ese sentido, señaló que “el conflicto universitario y el conflicto en ciencia y tecnología son un mismo conflicto”. 

Hoy a las 10 habrá una mesa técnica entre las autoridades y los gremios docentes que ya ratificaron la gran marcha universitaria hacia Plaza de Mayo que se realizará mañana. “Vamos a demostrarle al Gobierno que lo que hay no es sólo la defensa de un derecho salarial y de la universidad pública, sino de todos los derechos populares que hoy están en cuestión tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, remarcó Antonio Roselló, secretario adjunto de la Conadu Histórica.

Informe: Sibila Gálvez Sánchez.