¿Quién es este hombre que se propone ser el Protector de los Pueblos Libres? ¿Quién es este general que arenga: “Síganme cuantos gusten, en la seguridad de que yo jamás cederé”? ¿O que asegura que “la Revolución no es un cambio de amos; el pueblo no pasa de ser súbdito de los españoles a súbdito de los porteños”.

La reacción porteña no se hizo esperar. El 11 de febrero de 1814, el director supremo Gervasio Antonio Posadas firma un bando oficial. Art. 1°-Se declara a Don José Artigas infame, privado de sus empleos, fuera de la ley, y enemigo de la patria. Art. 2° – Como traidor a la patria será perseguido, y muerto en caso de resistencia.

9 días después del decreto del terror, el jefe militar de Paraná, Eusebio Hereñú, reconoció la autoridad de Artigas y decretó la autonomía de la provincia. Posadas ordenó al barón Eduardo Kaunitz von Holmberg emprender la guerra contra los “anarquistas” orientales. A  Holmberg lo llaman “Cincuenta Palos”, en alusión al castigo que aplicaría a los que no cumplieran sus órdenes.

–Invadir los entre ríos es provocar a Artigas, que se vengará tan pronto pueda –le advierte un vecino santafesino.

–Yo voy a correr a Artigas hasta su casa –responde el barón.

En el paraje conocido como El Espinillo se libró la primera batalla de la guerra civil del Litoral, que dividiría al país entre unitarios y federales, significó el primer gran triunfo de Artigas a través de la división comandada por su primo Fernando Otorgués y el oficial Andrés Latorre. Los orientales primero les quitaron a Holmberg toda la caballada, después ordenaron romper los cuadros de la infantería enemiga. Holmberg, viéndose sin recursos, mandó echar a tierra  a su tropa, pero Otorgués ordenó romper fuego ante la huida de la destrozada tropa del Barón.

-Al principio del fuego, los blandengues y el escuadrón de Coronda se han pasado a nuestro lado. Si quiere venir, venga, pero no necesito auxilio- le escribe triunfante Otorgués a Hereñú.

Ante la derrota militar, el Supremo abre una negociación con Artigas.  Posadas envía una carta confidencial al respetado vecino de Santa Fe, Francisco Candioti. El hijo de un colonizador del Alto Perú, con una vasta descendencia, dos hijas reconocidas y otros tantos que se perdieron en la llanura del deseo y el poder, el señor de las trescientas leguas cuadradas de tierras, el propietario de doscientas cincuenta mil cabezas de ganado y de trescientas mil caballos y mulas, el hacendado que guardaba en los cofres de su casa quinientos mil pesos en onzas de oro importadas, el comerciante exitoso y de enormes relaciones, lee con atención el pedido de reconciliación que le sugiere Posadas: “Con modos suaves y amistosos, a través de su acreditada prudencia con nuestro paisano don Artigas para transar y cortar de raíz toda infernal desavenencia”.

Candioti acepta la súplica.  Acompañado de Fray Mariano Amaro (cura oriental revolucionario, pariente de Otorgués), se reunió con Artigas el 23 de abril  en la costa oriental del río Uruguay. Los comisionados regresaron con el pliego de respuestas de Artigas: derogar el decreto infame que lo acusaba de traidor a la patria, ratificar la independencia de Entre Ríos, Corrientes y Banda Oriental bajo su autoridad, y creación de una liga en común hasta la organización constitucional definitiva del país.

Posadas levantó las penas impuestas y lo repuso en el cargo de coronel del Regimiento de Blandengues y Comandante General de la Campaña Oriental de Montevideo, con todos sus honores.