Para no perderle el gusto al ajuste económico, a poco más de 24 horas de la salida del Gobierno del ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana, la cadena de heladerías Freddo —controlada por el fondo de inversión Pegasus, creado por el ex funcionario— informó que modificará su plan de negocios, cerrará su planta de producción en el barrio porteño de Balvanera y tercerizará la mano de obra para quedar solo con el manejo de la franquicia. Los trabajadores fueron notificados anoche por la empresa y decidieron tomar las instalaciones de la fábrica frente al riesgo de perder sus puestos de trabajo, a pesar de la promesa de la firma de reubicarlos, con nuevas condiciones, en las empresas tercerizadas. 

La decisión de la empresa de desprenderse de la fábrica de producción de helados, y conservar sólo la propiedad sobre las recetas, se sostiene en el desplome de las ventas, producto de la recesión económica generada por las políticas económicas, de las cuales Quintana fue uno de los principales responsables hasta este martes. En el comunicado divulgado anoche, la empresa hizo hincapié en la "reconversión del negocio", que significará desprenderse de los cerca de 40 locales propios con los que cuenta en el país y mantener las 120 bocas de expendio, en la Argentina, Estados Unidos y otros países de la región, bajo el sistema de franquicia. 

Así, la firma comunicó que está en busca de empresas que se hagan cargo de la producción de los helados, por lo que prescindirá de los 60 empleados que trabajan en la fábrica que cerrará en Balvanera. También cesará los contratos de los empleados que operaban los locales propios. "Facilitar la reinserción laboral de los colaboradores que quieran seguir con la marca", fue la fórmula con la que el fondo de Quintana prometió preservar los puestos de trabajo, sin especificar las nuevas condiciones que tendrán en las empresas tercerizadas. El plan de achique de Freddo ya había iniciado en junio con 100 "retiros voluntarios". 

Sin embargo, los trabajadores de Freddo decidieron tomar la planta frente a las liquidaciones de las indemnizaciones que preparaba la empresa, según trascendió de las reuniones abiertas entre la empresa y el Sindicato de Pastelero, con la venia del secretaría de Trabajo, encabezada por Jorge Triaca. 

Quintana abrió su participación en el gabinete de Cambiemos con una acusación por beneficiarse con el cobro de los dólares a futuro que compró como director de Farmacity y CEO de Pegasus antes de asumir en el Gabinete de Cambiemos y que cobró luego de haber incidido como funcionario en el precio de referencia. El ex vicejefe de Gabinete fue sobreseído rápidamente por el juez federal Claudio Bonadio. 

La batalla judicial abierta por Pegasus y que aún está pendiente es contra los artículos 3° y 14 de la ley 10.606 de la provincia de Buenos Aires para poder desembarcar con Farmacity en territorio bonaerense. El pedido es rechazado por la Confederación Farmacéutica Argentina (CoFa) y el Colegio de Farmacéuticos bonaerenses y recibió reveses judiciales en todas las instancias del Poder Judicial de la provincia. La última palabra la tendrá la Corte Suprema, que suspendió sin fechas la audiencia que estaba prevista para el pasado 29 de agosto.

Quintana tuvo que desprenderse de sus acciones en Farmacity por las denuncias de conflicto de intereses, algo que concretó recién el 15 de agosto pasado. Dos semanas después, la corrida del dólar se llevó puesto parte del Gabinete de Cambiemos y forzó la renuncia del hombre del fondo Pegasus.