Es el único encuentro “Clase A” de Latinoamérica, pero –como otras áreas relacionadas con la cultura, la educación y la ciencia- el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata amenaza con irse a la B. Lo que durante toda la tarde del martes era un insistente rumor pudo ser confirmado por Página/12 a través de dos fuentes distintas... y el propio avatar de la página oficial de Facebook. Aunque se había anunciado que el encuentro se realizaría del 8 al 18 de noviembre (un día más que en 2017), finalmente tendrá sólo siete días, del 10 al 17. Es que en el cine también todo iba bien pero pasaron cosas: la disparada del dólar llevó a niveles imposibles los costos de pasajes de invitados internacionales y sobre todo de los derechos de exhibición de películas, y llegó la orden de ajustar el asunto.

Curiosamente, en el sitio oficial del Festival (http://www.mardelplatafilmfest.com/es/) aún figura el logo anterior –al menos hasta bien entrada la noche del martes-, con las fechas no recortadas en ambas puntas. El hecho se produce en el medio de una serie de medidas de eliminación de ministerios, programas y recursos que ya tiene en estado de alerta a los integrantes de la industria del cine. El ajuste del Festival de Mar del Plata seguramente se terminará colando en el temario de la asamblea que se realizará este miércoles a las 19 en la UMET (Sarmiento 2037): los directores de cine convocan a todo el sector para informar sobre los acontecimientos que se están dando en torno al Instituto de Cine y Artes Audiovisuales, el incumplimiento sistemático de la ley de cine, la subejecución del presupuesto y la reciente amenaza legal sobre el futuro del Fondo de Fomento. Se analizará la facturación del Incaa en estos dos años en que se subejecutó el presupuesto del fondo de fomento a la cinematografía (en 2016 terminó el año con un saldo bancario no ejecutado de $ 420.326.180,24, mientras que en 2017 subejecutó $ 401.337.778,46) con el objetivo de lograr que se fomente la producción y la distribución del cine nacional.