Para estar “cerrada”, la Facultad de Psicología de la UBA muestra bastante movimiento. Según declararon sus autoridades, estudiantes y docentes no pueden ingresar a la institución por una toma estudiantil, de agenda “delirante y autoritaria” que comenzó hace ya diez días. Afirmación que podría generar confusión a quien probara con entrar por las puertas abiertas de la facultad y viera los círculos pegados de estudiantes y docentes trabajando en todo el hall de la sede Independencia. Pero ahí mismo, un cartel aconseja: “No entre en la paranoia de (el decano Jorge) Biglieri”. Ni de algunos medios de comunicación, vale agregar. 

La toma de Psicología fue votada por los estudiantes en asamblea el lunes 3, y comenzó en el marco del conflicto paritario de los docentes universitarios, que continuaban de paro por la falta de acuerdo con el Gobierno. “El apoyo a la lucha de los docentes fue el principal disparador de la toma, pero hoy, que ese conflicto avanzó, la impulsa la defensa del presupuesto universitario, que sigue en crisis”, aseguró la presidenta del centro de estudiantes de la facultad, Mariana Gottardo, de la agrupación La Mella. “La decisión de la toma, algo que no se había hecho antes en esta facultad, fue alcanzada en las asambleas más masivas que hemos tenido hasta ahora, con más de mil asistentes”, agregó.

El Consejo Superior de la UBA se manifestó el miércoles en contra de la toma en Psicología. A través de una resolución aseguró que la medida no permite el ingreso de autoridades, profesores y personal no docente y advirtió que “está en riesgo el ciclo lectivo”. El rector de la UBA, Alberto Barbieri, sostuvo: “Defendemos la libertad para debatir ideas y elegir a nuestros representantes; pero lo tenemos que hacer en un marco de respeto entre mayorías y minorías, y no a costa de imposiciones de aquellos que obtuvieron una escasa representación en las urnas”. 

Miércoles, 20 horas. Lejos de estar vacía, al interior de la Facultad de Psicología se dictan más de quince clases públicas, que le escapan al frío instalado en los tres carriles de la Avenida Independencia ocupados por la protesta, en el barrio porteño de Once. La gente entra y sale, la cafetería y la librería funcionan, y los docentes que han decidido dar clases públicas lo hacen, con pizarrones movibles, en algunos casos, sobre afiches pegados, en otros. “Se garantizan las clases públicas”, reitera un afiche. 

Hoy por la tarde, la asamblea de estudiantes votará cómo sigue el plan de lucha. Por la paridad que hubo en la última votación, y por el desgaste inevitable que implica sostener diez días de toma, la balanza parecerse inclinarse por el levantamiento de la medida y la adopción de nuevas estrategias para el reclamo.

La decisión de continuar la toma también encuentra rechazo entre sectores estudiantiles. “Necesitamos la facultad abierta. Que funcione. Que no nos la devuelvan por partes. No es aulas sí, oficinas no. No es tampoco algunas sí y otras no. Necesitamos que la toma se levante”, sostienen desde la agrupación EDI, vinculada con Franja Morada, en una facultad gobernada por el radicalismo.

Al comienzo o al fin de cada clase, los docentes invitan a debatir la situación que vive la facultad, y el sistema universitario en general. “Está claro que la toma logró el objetivo de visibilizar las problemáticas de infraestructura que tenemos. Pero hay que pensar otras alternativas”, asegura en su balance un estudiante. El hecho de no contar con un edificio único y tener que cursar en distintas sedes, entre las que los estudiantes denuncian que hay una zona liberada para robos que se acumulan, los cortes de luz, y la falta de calefacción son algunos de los problemas sobre los que alerta la comunidad de Psico. 

Llamativamente, la resolución del Consejo Superior que rechaza la toma no hace referencia a las tomas de otras dos facultades de la UBA: Ciencias Sociales y Filosofía y Letras. La toma de Sociales, que lleva ya 14 días, cerró ayer sus puertas para asistir a la marcha docente al Congreso. Al igual que en Filosofía, los estudiantes de Sociales votarán hoy cómo sigue la medida y cuál es la mejor forma de defender la universidad. 

También hubo tomas esta semana en sedes de las universidades de las Artes, de Río Negro y de Entre Ríos. Las tomas varían en sus modalidades, pero todas plantean la defensa de la universidad pública frente al ajuste promovido por el gobierno nacional.