En su ensayo sobre Jackson Pollock, Berger analiza sus pinturas en torno al tipo de cuerpo del artista, que tanto en su forma como en su semblante era el de un cowboy. También las relaciona a su lento suicidio a través del alcohol y las contrapone a la evolución de la pintura de su compañera, la artista Lee Krasner: “Odiaba la retórica de la teoría, no leía demasiado, nunca viajaba fuera de los  Estados Unidos, era pendenciero y orinaba en las chimeneas cuando se emborrachaba en las fiestas. Pero sea como fuere, un cowboy, por más diestro que fuera en el manejo del lazo, nunca podría haber alcanzado su dominio de la pintura”. El drip painting sería posible por el tipo de cuerpo, y de don, que Pollock tenía: “Muy pronto reveló un talento un tanto tosco aún pero cargado de pasión. El talento no implica necesariamente facilidad. Es una especie de actividad motriz del temperamento, una forma de la energía”.