A un año y siete meses del asesinato de Lucas Décima, de 17 años, el policía bonaerense Mariano Ballarino, autor del disparo que le quitó la vida al chico, fue declarado culpable, quedó detenido y el lunes se dará a conocer el monto de la pena que le aplicará el Tribunal Oral 6 de Morón. “Aunque todavía no se conoce la calificación del hecho por parte de los jueces, estimamos que será una condena por dolo eventual”, le dijo a PáginaI12 el abogado querellante Nahuel Berguier, quien agregó que “de ser así, vamos a estar conformes porque es una carátula que concuerda en cuanto a la gravedad de la condena con el homicidio simple que solicitamos”. El hecho ocurrió en Merlo y el sargento Ballarino disparó sin motivo alguno contra un joven desarmado, que no había cometido delito alguno y que no representaba ningún peligro ni para el policía ni para terceras personas.

“Al declarar en el juicio, la testigo Nélida Clara Valor, la mujer policía que acompañaba a Ballarino en el patrullero, dijo que habían concurrido al barrio por una denuncia de ‘tumulto y tiros al aire’, pero cuando llegaron no pasaba nada y no tuvieron que afrontar ninguna situación de peligro”, precisó Berguier. Por su parte, Ismael Décima, el padre de Lucas, recordó que su hijo “murió desangrado” luego de recibir un disparo en la ingle. Puntualizó que mientras el chico estaba tirado en el piso “Ballarino lo pateaba y le gritaba ‘¡Guacho, no te mueras acá, que me cagás la carrera!’”.

El padre del joven, que estaba en Misiones cuando mataron a su hijo, supo los detalles de lo ocurrido a través del relato de otros pibes del barrio que estaban con Lucas ese 23 de febrero de 2017. Esos chicos fueron obligados a arrodillarse, con las manos en la espalda. En su defensa, al declarar en el juicio, Ballarino dijo que “se le había escapado el tiro, motivo por el cual la defensa aseguró que se había tratado de un homicidio culposo, de un hecho accidental, de manera que ni siquiera estuvo planteada la ‘legítima defensa’ ni ninguna otra alternativa”, explicó Berguier. En la audiencia se dejó sentado, a través de los testimonios, que el policía llevaba el arma en su mano, montada, lista para disparar, cuando su propia compañera reconoció ante los jueces que no estaban afrontando ninguna situación de riesgo. “Lo echo por Ballarino ni siquiera fue avalado por su compañera”, recalcó el querellante.

En la primera parte de la etapa de instrucción, el caso fue caratulado como “homicidio culposo”, en atención a lo dicho por Ballarino sobre que había sido un “disparo accidental”, motivo por el cual el juez Alfredo Meade dejó en libertad al policía “por falta de mérito”. El fallo fue apelado y el martes pasado el caso llegó a juicio oral, en el cual los jueces del Tribunal Oral 6 de Morón dictaron “sentencia condenatoria” para Ballarino, pero recién el lunes darán a conocer el monto de la pena, aunque dispusieron su inmediata detención, al punto que salió esposado de la sede judicial ubicada en Brown y Colón. 

En una carta pública, Ismael Décima, el padre de Lucas, recordó que cuando recibió la noticia, en Misiones, donde vive, eso marcó “un antes y un después” en la vida de la familia. “Lucas estaba con sus amigos en la esquina de Bulnes y Acosta (en Merlo), y cuando apareció el patrullero todos corrieron, todos menos Lucas, porque siempre le decía ‘nunca corras si no hiciste nada malo, no tenés por qué tener miedo. Y sí, hoy me arrepiento de ese consejo”. El patrullero siguió a los otros pibes una cuadra y luego, volvieron por Lucas que seguía en la misma esquina.

“Lucas murió desangrado y no puedo dejar de imaginar todo lo que sufrió. A mi hijo lo asesinó la prepotencia policial, porque ellos piensan que pueden hacer lo que quieran, total es un negrito más”. Ismael descalificó el intento de justificación de Ballarino cuando dijo ante la justicia que tuvo “un tropiezo, que se le escapó el tiro”. El papá de Lucas, militante del Movimiento Evita en su provincia, recordó así la entrevista que tuvo en su momento con el juez Meade: “Al principio me sentí totalmente ignorado, pero cambió cuando le dije que soy profesor universitario, y allí me di cuenta de que la Justicia es clasista”. Ahora, después de larga espera, Ismael quiere que Ballarino pague su culpa en la cárcel.