- ¿Es excepcional  el caso del niño picado por un alacrán que tuvo cuatro paros cardíacos?

- Es raro pero imposible. Nunca hubo un caso tan grave en la Capital Federal. Pero no es difícil que suceda porque los menores de cinco años y los adultos mayores son los más susceptibles al veneno. Lo que no es raro es encontrar escorpiones en Buenos Aires, están hace muchas décadas. Sobre todo en los barrios antiguos, como Palermo y San Telmo. Pero ahora aparecen en cantidades que preocupan. 

- ¿Por qué?

- En verano aparecen con más frecuencia. Pero este verano la cantidad es muy superior y también hay muchas más consultas. Principalmente, los escorpiones salen a la superficie por los movimientos de escombros, las construcciones, las altas temperaturas, el  aumento de las lluvias y los movimientos cloacales. Generalmente no salen a la superficie. El escorpión persigue a las cucarachas, que es su principal alimento. Y cada uno puede dar hasta 100 crías. 

- ¿Qué precauciones hay que tomar?

- Identificar todas las rejillas, que tengan un cierre sanitario, una suerte de malla que es muy pequeña y así se evita el acceso. Eliminar las cucarachas, que es alimento central. Cerrar todos los recovecos. Revisar  bibliotecas, muebles, pilas de diarios.  

- ¿Y en caso de picadura?

- En la web del Ministerio de Salud están los centros de intoxicaciones, zoonosis. En Ciudad es el Hospital Muñiz y algunos otros hospitales tienen sueros para estos casos. Nosotros tenemos stock y además distribuimos a las provincias, es decir, el suero está disponible. La clave es el diagnóstico clínico, si se vio al animal que efectuó la picadura, y el tiempo que transcurre entre la picadura y la aplicación del antiveneno, para lo cual se necesita un especialista. Cuantas más horas pasan, más difícil es neutralizar el veneno. Pero si sucede en la Ciudad de Buenos Aires, es más fácil, ya que todos los centros están a mano.