Desde Brasilia

“Esto comienza a revertirse, hay una ola positiva en el país”, se entusiasmó Fernando Haddad. Con la voz más afónica que de costumbre, debido a la maratón de entrevistas y actos en todo el país, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) dejaba traslucir un cierto optimismo en la tarde de ayer luego conocer una encuesta de Vox Populi en la que se acortó a seis puntos la distancia que lo separa de Jair Bolsonaro.

La esperanza declarada por Haddad en San Pablo se contagió en Curitiba, donde Luiz Inácio Lula da Silva dijo ser optimista sobre una posible victoria el domingo. La información fue transmitida por la titular del PT Gleisi Hoffmann que visitó al líder preso en la Superintendencia de la Policía Federal de esa ciudad sureña.

El sondeo de Vox Populi, contratado por la Central Unica de los Trabajadores, le dio el 53 por ciento de intenciones de voto  al capitán retirado ( ma non troppo) del Ejército y el 57 al ex intendente petista de San Pablo. El ascenso del heredero de Lula  y el retroceso del representantane del Partido Social Liberal (PSL) se corroboró horas más tarde en una consulta de Datafolha realizada a pedido del grupo de medios Globo. Según Datafolha Bolsonaro gana con  12 puntos de ventaja, 56 a 44 por ciento, mientras la semana pasada la misma agencia había mostrado una distancia del 18 por ciento. Lo que importa es saber si la intensidad de la remontada de Haddad será suficiente como para lograr el sorpasso en la línea de llegada prevista para el balotaje del próximo domingo que concluirá  a las 17 horas en las mesas de votación en San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia. En la Amazonia el escrutinio termina a las 19.

De acuerdo con una encuestadora Ibope, que también detectó el retroceso de Bolsonaro, una de las explicaciones fue el aumento de su rechazo que pasó del 35 al 40 por ciento en un electorado de 147 millones de votantes.

La resistencia a votar al ex militar trepó al 44 por ciento entre las mujeres, que representan el 52 por ciento del padrón nacional.

Influyó en ello el artículo publicado la semana pasada por Folha de San Pablo sobre los “cientos de millones” de mensajes con noticias falsas disparados desde organizaciones al servicio de Bolsonaro y posiblemente asesoradas por el norteamericano Steve Bannon, artífice de un embuste de masas similar ocurrido en 2016 cuando fue electo Donald Trump.

El documentado reportaje  del diario Folha mostró como millones de votantes fueron traicionados en su buena fe con historias desopilantes. En una de ellas se acusó a Fernando Haddad de haber distribuido, cuando era alcalde paulistano, mamaderas con formas fálicas en escuelas públicas para incentivar conductas precozmente homosexuales. La autora del artículo, Patricia Campos Mello, fue objeto de amenazas por parte de presuntos bolsonaristas denunciaron ayer Reporteros Sin Fronteras y la Asociación Brasileña de Periodismo de Investigación. 

Este ataque masivo a través de WhatsApp unido a la prédica militante de miles de pastores evangélicos, antipetistas, contribuyó a la holgada victoria de Bolsonaro en la primera vuelta del 7 de octubre  cuando ganó inesperadamente por 46 por ciento, a cuatro puntos de ser electo sin necesidad de ir a un balotaje. Por los datos recogidos hasta el momento el fraude electrónico  brasileño a través de las fake news es un caso testigo sin equivalentes a nivel mundial. Así lo afirmó ayer una misión de observadores enviada de la Organización de Estados Americanos encabezada por la ex presidenta costaricense Laura Chinchilla.

“No hay precedentes comparables de lo que hemos visto en Brasil, fundamentalmente por una razón, están usándose redes privadas como WhatsApp que presentan mucha complejidad como para que las autoridades puedan avanzar en las investigaciones”, declaró Chinchilla. La responsable de la misión expresó su  “preocupación” ante la ola de violencia y dijo que espera hablar con las autoridades brasileñas sobre una investigación abierta contra Bolsonaro, por su presunta vinculación con el fraude vía WhatsApp.