El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó ayer a los integrantes de la caravana de migrantes centroamericanos que marcha a través de México hacia Estados Unidos. “Miembros de pandillas y alguna gente muy mala está mezclada entre la caravana dirigiéndose a la frontera sur. Por favor, regresen, no serán admitidos en Estados Unidos a no ser que sigan el proceso legal. ¡Esta es una invasión de nuestro país y nuestro ejército los está esperando!”, escribió Trump en su cuenta de la red social Twitter.

Las palabras de Trump llegaron justo después de que el diario The Wall Street Journal informara, en base a fuentes del gobierno, de que Trump enviará 5.000 efectivos militares a la frontera con México para evitar la entrada de los migrantes. Es una cantidad más de seis veces superior a los 800 que fuentes de su administración estimaron la semana pasada que serían enviados. El mandatario ya ha asegurado, además, que recortará sustencialmente la ayuda económica que su país concede a Guatemala, Honduras y El Salvador como represalia por el avance de los migrantes. Trump también arremetió contra México por no detener su avance. El presidente republicano ha convertido la caravana de migrantes en un tema electoral de cara a las elecciones legislativas de medio mandato del próximo 6 de noviembre. 

Para llegar a la frontera con Estados Unidos, a los migrantes les queda, sin embargo, recorrer un trayecto de entre 1.500 y 3.600 kilómetros, según la ruta que escojan. Es decir, aún tardarán semanas en llegar.

La caravana, que partió el 13 de noviembre de la violenta ciudad hondureña de San Pedro Sula, atravesó Guatemala y entró en México. En este momento, se encuentra en el estado de Oaxaca. No obstante, suspendió el domingo su salida desde San Pedro Tapanatepec para reorganizar sus mecanismos de seguridad después de que un hombre muriera intentando cruzar desde Guatemala a territorio mexicano. El hecho generó preocupación entre los miembros de la caravana, que en estos momentos está integrada por 3.630 personas, según las autoridades, y 5.500 según los organizadores. 

En tanto, las autoridades mexicanas anunciaron un plan para dar asistencia humanitaria y acompañamiento a la caravana. Prevén que los centroamericanos lleguen a la capital a partir del 2 de noviembre. 

El Gobierno de El Salvador advirtió ayer, por su parte, acerca de los riesgos que supone migrar irregularmente y llamó a su población a no hacerlo. “No se dejen engañar. Esa ruta no es segura, no van a poder entrar o quedarse a vivir en Estados Unidos”, aseguró la viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Ludivina Magarín. Las declaraciones de la funcionaria llegaron un día después de que salieran otras 150 personas de la capital salvadoreña rumbo a Estados Unidos, a las que se unieron 350 o más a lo largo del trayecto. Magarín explicó, a su vez, que en estos movimientos migratorios interviene gente que está lucrando con grupos que migran de forma irregular, pero no responden por las personas en la ruta y hasta llegan a dejarlas abandonadas. 

La funcionaria instó a los ciudadanos a no migrar, porque, aunque es un derecho, también tiene unas obligaciones y sostuvo que no había que poner en riesgo a los niños y las niñas en un viaje que calificó como muy peligroso. Además, Magarín señaló que los adultos que lleven niños sin los documentos y las acreditaciones correspondientes serán detenidos y encarcelados, por el delito de trata de personas. “Los adultos que lleven niños sin sus papeles que garanticen parentescos y permisos en esta caravana del migrante van a ser detenidos y encarcelados en Migración, ya sea en Guatemala, México o Estados Unidos por trata de personas”, insistió. La procuradora de Derechos Humanos de El Salvador, Raquel Caballero, dijo ayer que al menos 25 niños salieron este domingo del país junto a sus padres. 

Según la funcionaria, el Gobierno salvadoreño atendió a un grupo de personas migrantes que decidieron emprender la ruta, aunque no detalló el tipo de ayuda que ha prestado sobre el terreno. La ministra agregó que la red de consulados de El Salvador en Guatemala y México estaba activa para brindarles acompañamiento a quienes continúen la ruta, mientras que para aquellos que decidan desistir, el Ejecutivo pone a su disposición transporte para regresar al punto de origen.