Para Jorge González Nieva el tiempo tiene una entidad especial. No es el reloj, no es el vacío. El tiempo, para González Nieva es el conteo del absurdo del sistema judicial y la corrupción policial llevado a un término grotesco: hace 12 años que está preso en el penal de Olmos sin que se demuestre su culpabilidad, acusado de matar a una mujer en una salidera. Las pruebas en su contra se desmoronaron, especialmente cuando el único testigo no lo reconoció; el grupo de policías que lo detuvo fue exonerado por plantar causas; y el fiscal que lo acusaba está suspendido y al borde de ser despedido con un jury. Un tribunal de Morón lo condenó a 25 años. Su queja llegó hace tres años a la Corte. Ayer, Amnistía Internacional - Argentina publicó una carta dirigida al máximo tribunal, titulada “Preso en el olvido: lleva detenido en prisión preventiva 12 años”. Con el amicus curiae de Innocence Project Argentina, y la intervención de la Defensoría de Casación bonaerense, González Nieva, además de demostrar su inocencia, intenta saber si la presunción de inocencia caducó o si se aplica como excepción a la regla. 

El 18 de julio de 2006 González Nieva, de 56 años, taxista, fue detenido por dos de la Bonaerense. Lo acusaban de haber matado de un disparo en el pecho a Analía Aguerre, cuando el 24 de mayo de ese año llegaba a su casa acompañada por su marido y una prima, luego de retirar de un banco 11 mil pesos. Como prueba llevaban la declaración del único testigo, un albañil que había visto el robo. Lo llevaron a la comisaría 3ª de Castelar, lo sacudieron a golpes, le ofrecieron sacarlo del caso a cambio del taxi. González Nieva se negó y su acusación se transformó en proceso. 

¿Por qué él? González Nieva se veía con la pareja de un policía; y días antes había mantenido una pelea en la calle con un secretario judicial. Ni siquiera era motivo de una causa penal, una reyerta en la calle, pero derivó en una imputación. Un albañil testigo del robo, dijo reconocerlo en una foto que le llevó la policía. El juez Alfredo Meade anuló la prueba y ordenó su libertad. Siete meses después, la anulación fue anulada y González Nieva volvió a ser detenido. El 31 de mayo de 2010, el TOC 1 de Morón lo condenó a 25 años y quedó alojado en Olmos.

El reclamo de González Nieva chocó contra el muro judicial. Fue en recurso de queja a la Suprema Corte que lo rechazó porque tenía un “exceso” de folios (20 hojas, tamaño 12, espacio y medio), en fin, detalles no advertidos por el representante de un hombre que reclama por su libertad.

El caso fue retomado por el defensor General de Casación bonaerense, Mario Coriolano, quien llevó el caso en queja hasta la Corte nacional hace tres años.

En el caso se habían presentado varias cuestiones que ameritaban una relectura sobre la definición de la causa, y que entretanto, la prisión preventiva se transformara en, al menos, detención domiciliaria. Como señala Manuel Garrido, presidente de Innocence Project Argentina, “tomamos el caso para investigarlo y nos encontramos que la única prueba en su contra, la foto para el reconocimiento, con firmas garabateadas, un acta con datos en blanco, sin sellos, y la firma del testigo semianalfabeto, que no hubiera podido leer lo que le hicieron firmar. Cuando lo entrevistamos, dijo que el de la foto no era el que él había visto, y que él no había dicho lo que los policías le adjudicaron”.

Innocence Project logró entrar como amicus curiae en el caso, mientras éste llegaba a la Corte Suprema.

En el recorrido también comprobaron que el marido de la víctima no lo reconoció a González Nieva. Y, finalmente, que los policías que lo habían detenido terminaron exonerados por varias causas, entre las que figura la de GN. Carlos Guido Guenel, comisario de la 3ª de Castelar Sur; y Alberto Casco, jefe de calle de la 3ª, fueron exonerados acusados de conformar una banda que plantaba causas y cobraba luego para levantar la acusación. Con  ellos fue acusado Silvio Cascella, que hacía de abogado y llevaba los casos al fiscal Alejandro Jons, según una de las acusaciones en el jury que ahora mantiene suspendido al funcionario judicial.

“Durante un allanamiento –relató Garrido–, encontraron a familiares de Casco en la casa que había pertenecido a un detenido por los policías. Se la habían quedado ellos como pago”. IP también se entrevistó con uno de los ex miembros de la banda, que había cumplido condena. Por el robo a Aguerre habían sido condenados dos miembros de la banda. Pero nunca encontraron a quien disparó y lo acusaron a GN. El ex integrante de la banda aseguró a IP que Nieva no pertenecía a la banda y que no era él quien había disparado.

Ayer, con la firma de Mariela Belski, directora de Amnistía Internacional sección Argentina, la organización difundió una carta dirigida a la Corte en la que señala su preocupación y sostiene que “Amnistía Internacional solicita a las autoridades judiciales que se expidan inmediatamente sobre la situación de González Nieva y garanticen el principio de presunción de inocencia y el derecho a un juicio justo. Tras 12 años de detención arbitraria, González Nieva no debe pasar ni un día más detenido sin condena.”

Actualmente el expediente de González Nieva fue trasladado a la Procuración General para que expida un dictamen sobre el caso.

Mientras tanto, Jorge González Nieva sigue hilvanando el tiempo tras las rejas.