El oficialismo sigue ordenando a sus principales figuras para señalar que no hay plan B para 2019. Luego de que circularan rumores sobre la posibilidad de que María Eugenia Vidal pudiera ser la alternativa del espacio ante la caída de Mauricio Macri en las encuestas, ella misma se ocupó de desmentirlo. Su aliado, el jefe del gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, también salió a afirmar que la única opción es la reelección de Macri. Y, finalmente, ayer el Presidente confirmó que buscará la reelección: “Estoy listo para continuar si los argentinos creen que este camino del cambio vale la pena”. En plena recesión y con la certeza de que 2019 no le traerá buenas noticias en lo económico, Macri se limitó a decir: “Si ustedes no aflojan, yo no voy a aflojar”.

El macrismo viene intentando ahuyentar los rumores de que están considerando a Vidal como opción de recambio ante la mala performance de Macri en los sondeos. Las señales en este sentido se profundizan a partir de que Macri selló un principio de entendimiento con Vidal en torno a la controversia que abrió una grieta en el frente oficial: el reclamo de la gobernadora bonaerense de una actualización del Fondo del Conurbano de 19 mil millones de pesos. Si bien no hubo ningún anuncio oficial, desde el gobierno nacional se comprometieron a compensar a la provincia de Buenos Aires a través de la obra pública.

Luego de la foto que volvió a mostrar juntos a Vidal y Macri, la gobernadora aclaró que ella no tiene previsto ser candidata a presidenta. Larreta, que se mueve en tándem con ella, también aprovechó la oportunidad para decir que la opción natural es que todos busquen la reelección en sus cargos y eso incluye, por supuesto, a Macri en la Presidencia. Tantos gestos juntos solo indican la preocupación ante las encuestas que le dan a Macri una imagen positiva cada vez más cerca de los 30 puntos y una negativa más cerca de los 60, según la encuesta que se considere.

La mala imagen pública del Gobierno y, sobre todo, de la marcha de la economía permea incluso a aquellos que votaron a Cambiemos. También estos gestos son una forma de cubrirse ante las presiones del establishment para que Cambiemos busque una opción de recambio si Macri no garantiza una victoria ante un candidato (o una candidata) peronista.

En este sentido, Macri reiteró su voluntad de continuar otros cuatro años en un diálogo con la radio Niquixao 97.1 de Catamarca. Allí adelantó uno de los ejes de lo que será su campaña el año que viene: “La Argentina no puede volver atrás, no puede construirse sobre la magia, la mentira, la demagogia”. Se trata de una frase que será seguramente repetida ad nauseam.

“Amo este país, creo en ustedes, en que cada argentino puede hacer algo muy bueno para sí mismo y para los demás”, afirmó, antes de decir que se siente “listo” para seguir. Luego sostuvo que prefiere no hablar de lo electoral tanto tiempo antes de los comicios, ya que él está “trabajando todos los días, en un momento difícil, poniendo el hombro todos”.

El Presidente también destacó la cumbre del G-20 que comenzará el próximo 30 de noviembre en Buenos Aires y consideró será una nueva oportunidad para mostrar a los líderes del mundo “que esta Argentina cambió, que los argentinos quieren ser parte del mundo”. Macri aseguró que su agenda es “volver a apostar por el protagonismo y el esfuerzo personal de cada uno”.

Hubo tiempo también para pedirles más ajuste a intendentes y gobernadores: “Necesitamos que cada municipio, cada provincia y el país tengan presupuestos equilibrados; o sea que la política se administre con los recursos que los argentinos ponemos con nuestros impuestos”. “No pueden gastar por arriba de los impuestos que les pagamos, que ya son muy altos y hay que bajarlos”, aseguró Macri, pese a que su gobierno viene haciendo todo lo contrario. “Estamos entendiendo todos que no podemos vivir de prestado –sostuvo el Presidente, pese a la multiplicación exponencial de la deuda en sus casi tres años de mandato–. Recibimos un gobierno con un presupuesto con un agujero muy grande, en el que se gastaba mucho más de nuestras posibilidades.” No hizo mención a la eliminación de ingresos por retenciones que resolvió apenas asumió. En cambio, aseguró que la pobreza se “explica por un proceso de corrupción muy grande en la Argentina”.