CFK brindó una clase magistral en el microestadio de Ferro en el marco de la jornada convocada por Clacso. En su alocución sobre “Capitalismo, neoliberalismo y crisis de la democracia”, la ex presidenta arrancó dejando en claro que su gobierno había logrado el ansiado desendeudamiento para luego al referirse a la actual administración, terminar preguntándose: “¿Qué se hace cuando llega un gobierno votado pero que hace exactamente lo contrario de lo que dijo que iba a hacer en campaña?”, tras lo cual propuso forjar nuevas herramientas. En sintonía con esa propuesta de forjar nuevas herramientas “que reflejen la nueva estructura de poder”, aportamos algunas reflexiones para enriquecer los puntos de mira tendientes a construir una alternativa lo suficientemente sólida, no solo para desalojar al neoliberalismo de la Casa Rosada sino, y por sobre todo, capaz de sacar al país del desastre al que la actual administración lo ha llevado. En un contexto caracterizado por un gobierno que, tal como dice Cristina, no ha cumplido ninguna de sus promesas y sin embargo cuenta con chances de lograr su reelección, vale interrogar entre muchos otros, qué mecanismos subjetivos intervienen en la concurrencia de semejante irracionalidad. 

Desde que asumió, el gobierno de Mauricio Macri sumió al país en un vertiginoso y escalofriante ritmo de endeudamiento. Ahora, tras el descontrol del dólar y la irrestricta obediencia al Fondo Monetario, prometen reducir el déficit fiscal siempre a costa de más ajuste. En otros términos: tal como el superyó freudiano que cuanto más se le otorga más exige, el primer mandatario no cesa de exigir más renunciamientos. Lo cierto es que, cual síntoma revelador de las ideologías predominantes en cada época y en cada gobernante, la deuda externa constituye una suerte de analizador privilegiado de toda la historia argentina. Se hace tentador tomar este sesgo en el caso del presidente, cuya deuda con el padre –una pesada herencia– condiciona sus decisiones, ánimo y destino. De hecho, “conflicto emocional” denominan sus colaboradores al malestar que experimenta el mandatario cada vez que los intereses de su familia entran en conflicto con los del estado, tal como ocurrió con el escándalo por la condonación de la deuda del correo contraída por el padre o la denuncia por el ilegal blanqueo de sus familiares. Toda la pregunta es qué tipo emociones predominan en la gesta macrista: ¿se trata de la encrucijada del neurótico atormentado por la culpa o más bien de la canallada perpetrada por un clan mafioso dispuesto a todo o nada con tal de lograr éxito en sus negocios?

En su texto “Los que fracasan al triunfar”, Freud aborda el drama Macbeth de Shakespeare para puntuar el retroceso que un hombre experimenta en el momento de acceder al poder. Dice: “Ciertos hombres enferman precisamente cuando se les cumple un deseo hondamente arraigado y por mucho tiempo perseguido. Parece como si no pudieran soportar su dicha, pues el vínculo causal entre la contracción de la enfermedad y el éxito no puede ponerse en duda”. La raíz inconsciente de esta inhibición para disfrutar de la victoria reside en la culpa por el daño imaginario infligido al símbolo por excelencia: el Padre. ¿Es éste el caso de nuestro presidente? Me permito ponerlo en serias dudas, el devenir de los últimos acontecimientos insinúa que al derrotero de este presidente que mata por la espalda le cabe mucho más el perfil de la canallada que la cobardía, inhibición o culpa del neurótico.

Por eso, en todo caso, habida cuenta que el actual mandatario surgió de elecciones libres, vale preguntarse si –más allá de Macri y los macristas–, “los que fracasan al triunfar” son en realidad el conjunto de argentinos que, tras lograr el ansiado desendeudamiento, eligieron como presidente a un hombre enfocado en hacer dinero a costa de comprometer el futuro de generaciones y generaciones de argentinos. Toda una cuestión a tener en cuenta a la hora de elaborar el discurso que nos lleve del triunfo en las urnas a una estabilidad política capaz de acceder y mantener logros significativos para nuestra patria.

* Psicoanalista.