El ex secretario de Seguridad Pública mexicano durante el gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna, recibió valijas con un total de seis a ocho millones de dólares en sobornos, dijo el ex subjefe del cartel de Sinaloa, Jesús “Rey” Zambada. En su cuarto día de testimonio en el marco del juicio al Chapo Guzmán, relató cómo sobornaba a altos funcionarios del gobierno mexicano. 

Zambada ahora colabora con el gobierno estadounidense para intentar reducir su pena, pero durante dos décadas trabajó para el cartel de Sinaloa y manejaba sus operaciones en la capital mexicana. El Rey es, además, hermano de uno de los líderes históricos de esa organización: Ismael “Mayo” Zambada. 

El testigo ya había mencionado en el juicio enormes sobornos del cartel a la policía judicial, municipal y federal, a militares y hasta a Interpol. Sólo en Ciudad de México, ascendían a 300.000 dólares mensuales. Pero el martes dio ejemplos concretos de las presuntas coimas al tope del gobierno federal, al relatar que dos veces, en 2005 y 2007, entregó valijas a García Lima.  

En el año 2005, el cartel quería que el ex funcionario nombrase a un policía que los protegiese en el estado de Sinaloa, dijo el Rey. En el segundo pago, que según dijo el testigo fue de tres a cinco millones de dólares entregado en 2006 o 2007, García Luna era secretario de Seguridad Pública del gobierno de Calderón y jefe de la policía federal. 

Ambos señalamientos fueron expresamente desmentidos por García Luna en un comunicado, quien afirmó que la acusación constituía una mentira, difamación y perjurio contra su persona. Además, respecto del primer caso, detalló que en 2005, cuando dirigía la Agencia Federal de Investigación de la Procuraduría General de la República, no tenía facultades para hacer nombramientos. “Es totalmente falso e inverosímil”, apuntó sobre esa acusación.

Zambada también afirmó que el narco pagó en 2005 “unos millones de dólares” en coimas a Gabriel Regino, exsubsecretario de Seguridad Pública de Ciudad de México, cuando el alcalde era el actual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. “Según él, iba a ser el próximo secretario de Seguridad y se le estaba pagando para nuestra protección”, contó. Regino negó también las acusaciones en su cuenta en Twitter.

El Rey Zambada respondía a las preguntas de uno de los abogados del Chapo, William Purpura, que le consultó largamente sobre declaraciones que hizo a fiscales en Washington DC, tras ser extraditado a Estados Unidos. El testigo fue consultado sobre si en 2005 y 2006 los capos del narcotráfico Arturo Beltrán Leyva, su hermano Héctor, el Indio, La Barbie y el Grande pagaron 50 millones de dólares a García Luna para que éste les diera protección. “Eso se decía”, respondió el Rey.

La semana pasada, el abogado del Chapo, Jeffrey Lichtman, había acusado al expresidente Felipe Calderón y a su sucesor, (el actual presidente) Enrique Peña Nieto, de haber recibido sobornos del Cártel de Sinaloa, lo que ambos negaron enérgicamente. 

Los analistas aseguran que es difícil probar sobornos al nivel de los presidentes y autoridades federales de alto rango. “Demostrar esas acusaciones es difícil porque a una autoridad le van a dar dinero en efectivo y no es como que firme un recibo”, djo Mike Vigil, exagente de la DEA. Para el analista de seguridad, Alejandro Hope, si un presidente quiere enriquecerse no tiene sentido que opten por la única forma de corrupción que le importa a Estados Unidos, que es recibir dinero del narcotráfico. 

De los pocos casos en los que figuras de alto calibre fueron señaladas de nexos con el narcotráfico es el del general del ejército Mario Acosta Chaparro, quien fue señalado en 2002 de tener vínculos con el crimen organizado y quien falleció baleado en 2010 en Ciudad de México. 

La corrupción entre autoridades locales es, sin embargo, más evidente. En México hay más de un caso en el que autoridades estatales, principalmente gobernadores, han sido señaladas por recibir sobornos del crimen organizado o de estar coludidos con el narcotráfico. “No hay traficante que no tenga cobertura gubernamental. Para este tipo de delito de alto impacto necesitas que te esté protegiendo la autoridad, los soldados, marinos, las policías y por supuesto funcionarios”, dice el periodista y autor de libros sobre el narcotráfico José Reveles.

“La corrupción dentro del gobierno estatal y municipal es endémica”, dijo Vigil. “Ellos controlan la policía estatal y la policía  municipal, entonces los mafiosos van con ellos y pagan para que protejan los cargamentos que van a pasar”, agrega.  

Uno de los casos más conocidos es el de Mario Villanueva, quien gobernó el estado de Quintana Roo –donde se ubica el popular balneario de Cancún– de 1993 a 1999, y quien purga una pena en prisión por nexos con el narcotráfico. Tomás Yarrington, exgobernador del violento estado de Tamaulipas, en el noreste de México, fue extraditado este año a Estados Unidos acusado de tráfico de drogas, lavado de dinero y fraude bancario. El sucesor de Yarrington, Eugenio Hernández, está preso en una cárcel de Tamaulipas, acusado de malversación de fondos públicos y operaciones con recursos de procedencia ilícita.