Donald Trump salió con rapidez a contraatacar a sus críticos. Como es costumbre, utilizó Twitter, la red social de su predilección para comunicarse: allí defendió su flamante investidura y opinó sobre las multitudinarias marchas opositoras celebradas el sábado. “Vi las protestas de ayer, pero bajo la impresión de que acabamos de tener una elección. ¿Por qué esas personas no votaron?”, ironizó en su cuenta personal, la que usa pese a que también tiene el manejo de la oficial asignada al presidente (@POTUS). El magnate neoyorquino disparó también contra los artistas que se expresaron en su contra durante la ceremonia de asunción. Trump señaló que las celebridades que asistieron a esas marchas, entre ellas las cantantes Madonna y Alicia Keys, las actrices Scarlett Johanson, Ashley Judd y América Ferrera, y el cineasta Michael Moore, dañaron gravemente la causa. Dos horas después, otra vez desde Twitter, bajó el tono y escribió: “Las protestas pacíficas son una señal de identidad de nuestra democracia. Aunque no siempre estoy de acuerdo, reconozco los derechos de las personas a expresar sus opiniones”. Su equipo, en tanto, profundizó los ataques a la prensa e informó de las primeras actividades oficiales que el mandatario llevará adelante en los próximos días y que ya suscitaron polémica.

El mandatario también se refirió a su asunción del viernes y a la cantidad de gente que la siguió por televisión. “Wow, acaban de salir el rating televisivo (del acto): 31 millones de personas vieron la inauguración, 11 millones más que las muy buenas calificaciones de hace 4 años!”, festejó en la red social, al comparar esa audiencia con la del segundo mandato de Barack Obama. Durante su visita a las instalaciones de la CIA en Langley, Virginia, el flamante presidente acusó anteayer a los medios de mentir sobre las cifras de asistencia a su investidura presidencial.

Trump dijo que los periodistas están entre los seres humanos más deshonestos de la Tierra, al explicar que la multitud asistente a los actos de su investidura parecía englobar a entre un millón y 1,5 millones de personas, y que los medios mostraron imágenes y fotos de un terreno donde prácticamente no había nadie. Poco después de las declaraciones del jefe de Estado norteamericano, el nuevo vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, denunció en su primera intervención, con un semblante visiblemente molesto, los intentos “vergonzosos e incorrectos” de algunos medios por minimizar el enorme apoyo que se vio en los actos de investidura.

Incluso, Spicer llegó a afirmar que nunca antes hubo tanta cantidad de público para participar de una investidura, tanto en persona como alrededor del mundo, aunque él mismo admitió que nadie tiene cifras oficiales porque el Servicio de Parques Nacionales no facilita esos datos. “El gobierno de Trump va hacer que la prensa rinda cuentas, ya que el pueblo estadounidense merece algo mejor”, subrayó Spicer en un tono desafiante desde el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca, sin aceptar preguntas.

A pocas horas de su asunción como presidente, la arena internacional se vio sacudida. Washington informó que está en las fases iniciales de la discusión sobre el traslado de la embajada estadounidense en Israel a Jerusalén. “Estamos en las primeras etapas de discutir este tema”, dijo Spicer en un comunicado. Algunos medios israelíes, por su parte, reportaron que un anuncio sobre el desplazamiento de la embajada podría llegar hoy. La embajada de Washington está en Tel Aviv, como la mayoría de los puestos diplomáticos extranjeros. Israel llama a Jerusalén su capital eterna, pero los palestinos también reclaman la ciudad como parte de un eventual estado palestino. Ambas partes citan afirmaciones bíblicas, históricas y políticas.

Trump, quien prometió durante la campaña presidencial mover la embajada, habló ayer sobre la situación en Medio Oriente con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien informó que levantará las restricciones para construir en las colonias de la zona palestina de Jerusalén Este. En esta primera llamada desde la toma de posesión, hubo temas en agenda como la amenaza que supone Irán para Israel y el acuerdo nuclear internacional firmado bajo la administración Obama, que Trump fustigó durante la campaña. Según Ynet News, el encuentro cara a cara tendrá lugar a comienzos de febrero para reconfigurar las relaciones bilaterales. Por otro lado, la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, anticipó ayer que entre los principales temas que tratará en la reunión del próximo viernes con Trump estará un eventual acuerdo comercial entre ambos países y la importancia de la OTAN para la defensa colectiva.

Según adelantó el jefe de gabinete, Reince Priebus, Trump se centrará en su primera semana en el cargo en trabajar sobre comercio, inmigración y seguridad nacional, asuntos sobre los que es posible que emita órdenes ejecutivas en los próximos días. En una entrevista con la cadena Fox, Priebus dijo que habrá movimiento sobre esos tres asuntos en esta semana.

Antes de asumir, Trump prometió sacar a Estados Unidos del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), del que forman parte otros once países, y renegociar el NAFTA, un acuerdo comercial con México y Canadá.

En cuanto a los migrantes, tras ganar las elecciones del 8 de noviembre, Trump dijo que expulsaría a los que tienen antecedentes penales, cerca de tres millones, en vez de al total de 11 millones de indocumentados a los que prometió deportar durante la campaña. Por otro lado, Kellyanne Conway, asesora del presidente, dijo que Trump no piensa divulgar sus declaraciones de impuestos porque a la gente no le importa, según respondió a un pedido para que se conozcan estos datos con más de 100.000 firmas, el umbral necesario para que el gobierno se pronuncie.