Después de su declaración de esta semana, el financista Federico Elaskar contestará preguntas de todas las partes y de los jueces el próximo miércoles. Luego tendrá que aportar evidencias de que no participó ni de una asociación ilícita ni de operaciones de lavado de dinero en su financiera SGI. El financista sí parece haber demostrado que hubo un armado político durante la campaña electoral de 2015 porque -según reveló- le hicieron creer que Lázaro Báez lo iba a matar y por lo tanto aceptó decir falsamente en televisión que detrás de su accionar estuvo el kirchnerismo y hasta la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. 

El Tribunal Oral que juzga a Báez, Elaskar y otras personas resolverá la semana próxima si cita al gremialista Luis Barrionuevo y al periodista Jorge Lanata por aquella maniobra política. Además tendrá que decidir si se exhibe en la audiencia el video en el que Barrionuevo confiesa la manera en que “apretaron” a Elaskar para que diga que movió dinero de Báez y que el constructor era testaferro de la ex presidenta, algo que fue desestimado, con pruebas, por el juez Sebastián Casanello. 

Todo el caso que la prensa opositora al kirchnerismo tituló “La ruta del dinero K” –pese a que no hay ningún ex funcionario en el banquillo– quedó sobre el tapete a raíz de la declaración de Elaskar esta semana en el juicio oral. El financista también deberá demostrar a lo largo del juicio oral que no cometió ningún ilícito o, en todo caso, que hubo movimientos de fondos que se sacaron al exterior, tal como lo hicieron la mayoría de los empresarios, lo que constituiría el delito de evasión, no de lavado.

El juicio y el caso mismo plantea numerosos interrogantes.

1 ¿Quién es Federico Elaskar?

Cuando explotó el caso, en plena campaña electoral, Elaskar tenía 25 años. La ofensiva contra él y otros imputados tenía como punto central que el dinero de su financiera provenía del kirchnerismo y por eso llamaban a SGI La Rosadita. La realidad es que en SGI operaba Angelo Calcaterra, el primo de Macri, la fábrica Grimoldi, los clubes Independiente y River, Papelera Massuh, Roggio, Musimundo y un largo listado de empresas de primera línea. Los clientes no provenían del kirchnerismo sino del mundo empresario, en su mayoría vinculados al actual gobierno. 

2 ¿De dónde salió el dinero con el que se armó la financiera?

Una de las hipótesis periodísticas con los que se saturó a los ciudadanos es que SGI se armó con plata del kirchnerismo. En su larga declaración del miércoles, Elaskar contó que su padre fue el dueño de Vadelux, Vademecum y otras empresas, las mayores de limpieza de la Argentina. Llegó a tener 12.000 empleados, 600 clientes, 40 sucursales. Facturaba 70 millones de dólares por año. Por ese entonces, en 2009, su padre tenía propiedades en la Argentina por más de siete millones de dólares, incluyendo varios departamentos en complejos de Faena, 500 metros cuadrados en Le Parc, countries y una larga flota de autos de alta gama. Elaskar sostiene que SGI se fundó con un millón de dólares prestados por el Merrill Lynch, pero sobre la base de que Elaskar padre tenía un depósito que se caucionó como garantía, en esa entidad. Elaskar hijo estudió finanzas en universidades en Miami, Chicago y Pensylvania, con posgrados del máximo nivel y sobre esa base, con el aporte básico del padre, arrancó la financiera. 

3 ¿Es verdad que el padre de Federico se suicidó porque lo estafó su hijo?

Eso fue lo que publicó el periodista Daniel Santoro en Clarín, sosteniendo que se colgó en el Hotel Faena. En su declaración del miércoles, Elaskar se indignó: “Mi papá estaba internado en la Clínica Abril, porque tenía un problema mental que padecemos en nuestra familia, la falta de una proteína en el cerebro. Se colgó ahí y yo lo tuve que descolgar. Mi tía se prendió fuego. Yo estoy en tratamiento. Todo fue un intento de demonizarme, como parte del armado político”. Elaskar tuvo dos intentos de suicidio.

4 ¿Está probado que Lázaro Báez tenía cuentas en Suiza?

En la causa judicial se dió por probada la existencia de esas cuentas a nombre de sociedades panameñas –entre ellas una llamada Teegan Inc– con los cuatro hijos de Lázaro Báez como últimos beneficiarios, es decir que ellos no manejaban la plata, pero Lázaro y sus hijos serían los dueños. El juez Casanello investigó la documentación y no hay ni una cuenta ni una sociedad en la que aparezca el apellido Kirchner y mucho menos figure la ex presidenta. Es más, Lázaro Báez inscribió en una escribanía un testamento en el que todos los bienes, incluyendo la constructora Austral, pasarán a sus hijos en caso de muerte, con obligación de no vender durante una década porque los bienes serán parte de un fideicomiso, indivisible, en el que sólo se podrá hacer alguna venta con el voto unánime de los hijos y de la esposa de Báez. Con estos elementos, Casanello sostuvo que no hay evidencia de que el constructor sea testaferro de algún integrante de la familia Kirchner. Aún así, todos los protagonistas –Báez, Elaskar, Fariña– fueron presentados siempre como parte de un entramado de dinero de los Kirchner. 

5 ¿Por qué se desata el escándalo alrededor de Elaskar?

Porque en 2010 Elaskar les vendió la financiera SGI a dos personas allegadas a Báez, Daniel Pérez Gadin y Gustavo Fernández. Por ese entonces, Elaskar no sabía quién era Báez: “lo tuve que googlear tiempo después”, dijo en el juicio. La operación se hizo por nueve millones de dólares y en la venta Pérez Gadin y Fernández se quedaron con el 47 por ciento de las acciones, lo que suponía que Elaskar iba a seguir manejando la financiera. De inmediato, Pérez Gadin y Fernández compraron porcentajes menores de otros accionistas, sumaron más del 50 por ciento y echaron a Elaskar de la conducción de la empresa que había creado. Además, sólo pagaron la mitad de lo comprometido. Como no le pagaban, Elaskar –por entonces de 25 años– se empezó a desesperar. El financista buscó la manera de que le pagaran y llegó a Luis Barrionuevo a través de otro catamarqueño, Nicolás Solano Navarro, con quien estudiaban un emprendimiento relacionado con el litio. 

Barrionuevo engañó a Elaskar, usó un juego extorsivo, diciéndole que Báez lo iba a matar, por lo que tenía que denunciar al constructor y al kirchnerismo por televisión. Según admitió en el programa Animales Sueltos, entre las insólitas risas de los otros participantes, Barrionuevo dijo que tuvo “guardado” a Elaskar de noviembre de 2014 a abril de 2015, cuando se producía el regreso del programa de Lanata. 

Elaskar –ladeado por su abogado José Manuel Ubeira– contó el miércoles pasado que en el armado de la maniobra política y en la grabación televisiva estuvo presente el abogado de Clarín, Damián Cassino, aquel pelirrojo que hizo la fallida defensa del grupo durante el debate de la Ley de Medios. Su presencia exhibe el alto nivel de importancia que se le dió a la jugarreta, vital en la campaña presidencial de 2015.

6 ¿Y ahora las pruebas?

Elaskar sostiene que no tuvo nada que ver con el kirchnerismo y ni siquiera con la transferencia de fondos al exterior por parte de Báez. Por ejemplo, la imagen del momento en que se contaban 5.100.000 dólares en SGI es de 2012, cuando hacía más de un año que Elaskar había dejado la financiera. Báez sostiene que ese dinero fue de un loteo de terrenos que le compró al colegio Northlands en Tortuguitas, algo que tendrá que probar. También las transferencias al exterior son posteriores a la administración Elaskar en SGI. Barrionuevo-Lanata sostuvieron que Elaskar les dio la documentación sobre la forma en la que se constituyó Teegan Inc, sociedad panameña a cuyo nombre había cuentas en Suiza. Elaskar dice que esa carpeta no fue de él, sino de Leonardo Fariña, y que ya se demostró en el expediente que él no participó ni del armado ni de las transferencias de Teegan hacia Suiza. 

7 ¿Cuál es el núcleo de todo el caso?

La defensa de Báez, a cargo de Víctor Hortel, sostiene que no hay nada ilegal, al punto que Suiza le devolvió buena parte del dinero al constructor. No es ilógico que un constructor que facturó varios miles de millones de pesos y dólares tenga 35 millones de dólares en Suiza. Parte del dinero –investigó Casanello– se reingresó al país con la compra de bonos y luego se volvió a invertir en Austral Construcción, lo que para el juez exhibe la maniobra. La fiscalía y el bloque de la Casa Rosada –la Oficina Anticorrupción, la Unidad de Información Financiera y la AFIP– sostienen que el origen del dinero es ilegal, porque proviene de maniobras en la obra pública o facturas truchas. El problema es que todo eso no se juzgó. Por ejemplo, la obra vial de Santa Cruz –causa armada sobre un informe de Vialidad que ni siquiera es una pericia– recién se va a juzgar a partir de febrero próximo. 

Como el caso está politizado por la coalición político-judicial-mediática se envió todo a juicio, incluso sin que se haga una pericia general sobre la obra pública de todo el país, como pedía la defensa de CFK. 

En ese contexto, la lógica indicaría que Lázaro y sus colabores y tal vez Elaskar sean condenados por evasión impositiva, por haber evadido impuestos y sacado dinero al exterior cuando no se podía. Sucede que en ese caso quedarían al mismo nivel que los hermanos de Mauricio Macri, los empresarios amigos, o el propio presidente a quien le encontraron las sociedades en Panamá. Algo harán en Comodoro Py para evitar semejante papelón, aunque signifique hacer un gol con la mano. 

rkollmann@pagina12.com.ar