Días después de que fracasara una votación en el Concejo Deliberante, Nordelta permitirá que entre el transporte público. Ahora sólo falta que el Concejo Deliberante de Tigre apruebe el cambio de recorrido de la línea 723 para que pueda circular dentro del predio.

Julio Zamora, intendente de Tigre, que responde a Sergio Massa, había enviado un proyecto de resolución días atrás pero su tratamiento naufragó por falta de quórum y por la presión de parte de la dirigencia de Nordelta y de algunos vecinos.

Diego Moresco, director ejecutivo de la firma que regentea el emprendimiento inmobiliario, planteó: “Estamos trabajando para que entre el 723, un colectivo con SUBE, como ocurre en cualquier otra ciudad de la provincia, aunque teniendo como eje prioritario la seguridad”. Uno de los argumentos de los propietarios a la circulación del transporte público es que temen “que entre cualquiera”.

El conflicto con el transporte en Nordelta salió a la luz con la difusión de las denuncias de discriminación que hicieron públicas las empleadas domésticas. Explicaron que la única empresa de transportes que circulaba por la ciudad-pueblo, MaryGo, privada, se negaba a trasladarlas porque muchos propietarios decían que ellas “olían mal” y “hablaban mucho” y no les gustaba compartir las combis con ellas. La empresa, en su descargo, aseguró que de ninguna manera se trató de discriminación, sino que hubo una reestructuración en el servicio, por la cual se disminuyó la frecuencia del transporte interno (el que usan y necesitan las empleadas) y se reforzó el que llega a la Capital.