El autoproclamado presidente provisional de Venezuela y líder de la opositora Asamblea Nacional Juan Guaidó, sólo hizo un poco de ruido. A pesar de tener el respaldo de Estados Unidos, la Organización de Estados Americanos (OEA), y los gobiernos de Brasil y Colombia, el mandatario Nicolás Maduro consideró que lo de Guaidó sólo fue “un golpe tuitero” y la ministra de Servicios Penitenciarios, por su parte, le dijo al opositor que ya hay una celda con su nombre. “Guaidó, ya te acomodé la celda, con tu respectivo uniforme, espero que nombres rápidamente a tu gabinete para saber quienes te van a acompañar”, expresó en Twitter Iris Varela. 

Sin embargo Guaidó insiste en su idea de derrocar a Maduro. Y el primer paso para lograrlo, dijo, será la movilización del próximo 23 de enero. “Hoy tenemos todas las piezas del rompecabezas: tenemos el respaldo social y el acompañamiento internacional, ahora toca armar ese rompecabezas y la protesta del 23 de enero es fundamental para eso”, aseguró. Ayer, en su intervención en la asamblea de la coalición opositora Frente Amplio, Guaidó reiteró su pedido de ayuda para lograr una transición porque, como aseguró el viernes, el decreto firmado por la Ásamela Nacional no alcanza para sacar a Maduro del Palacio de Miraflores. Sólo bastó esa declaración para que el grupo de países que consideran ilegítimo el nuevo gobierno de Maduro volvieran al ataque contra el líder bolivariano. Con algunos matices, pero todos subrayaron la misma palabra: dictadura. Estados Unidos, por su parte, dio un paso más de sus meras críticas y pidió la formación de un nuevo gobierno. Declaró abiertamente que llegó la hora de “comenzar la transición ordenada de un nuevo gobierno en Venezuela” a la vez que dio su explícito respaldo al Guaidó. “Elogiamos el coraje de los líderes de la Asamblea Nacional, particularmente de su presidente, Juan Guaidó, y su decisión de invocar a las autoridades de la Constitución venezolana”, sostuvo en declaración pública el Departamento de Estado de EE.UU. “El pueblo de Venezuela se merece vivir libremente en una sociedad democrática gobernada por un Estado de derecho”, indicó. Además, aseguró que el gobierno de  Estados Unidos continuará usando todo el peso del poder económico y diplomático para presionar por la restauración de la democracia en Venezuela. Una declaración similar hizo el nuevo presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que luego de saludar al autoproclamado presidente afirmó que está en coordinación con los demás países, entre ellos el Grupo de Lima al que pertenece, para terminar con el gobierno de Maduro. “Nicolás Maduro no atendió las exhortaciones del Grupo de Lima, formuladas en la Declaración del cuatro de enero e inició un nuevo mandato presidencial ilegítimo”, señaló la Cancillería brasileña.  

En la misma el jefe de la diplomacia argentina Jorge Faurie anticipó que el presidente Mauricio Macri y su par brasileño emitirán un pronunciamiento en conjunto cuando ambos tengan su acuerdo bilateral el próximo miércoles en Brasilia. El presidente de Colombia, Iván Duque, celebró como un hecho histórico la declaración del Grupo de Lima y argumentó: “la declaración insta a que los pueblos que defendamos la democracia no reconozcamos el régimen opresor y dictatorial de Maduro”.

Mientras tanto, desde el Palacio de Miraflores Maduro desestimó las declaraciones de los países vecinos y fue más lejos. Los invitó a una cumbre para vencer “la intolerancia política” que aplican a Venezuela. “Insistimos en la propuesta que hizo el presidente Nicolás Maduro (de) una cumbre de presidentes (...) o un grupo de países de la región también, que faciliten el acercamiento ante la intolerancia ideológica que ha surgido en los últimos años”, afirmó el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza. Luego sugirió que el encuentro podría realizarse durante la cumbre de Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que realiza reuniones anuales desde 2013 y que este año la presidencia pro témpore está en manos del mandatario salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén. “Allí iría Nicolás Maduro con la verdad de Venezuela, allí iría Nicolás Maduro a responder lo que tenga que responder con la Constitución de Venezuela en la mano y con la legitimidad que le ha dado el pueblo”, finalizó el canciller.