PáginaI12 En Venezuela. Desde Caracas. “Rodilla en tierra para derrotar el golpe de Estado en marcha que pretende imponer un gobierno títere para que se roben los recursos de Venezuela”, aseguró el presidente constitucional Nicolás Maduro a los militares que participaron de unos ejercicios realizados en el Fuerte Paramacay, ubicado en el estado de Carabobo. Fue una demostración clara y palpable de la lealtad que mantiene la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) con el chavismo que, junto a los bastos sectores populares de la sociedad venezolana, representan el sostén del gobierno revolucionario. La oposición lo entiende y busca con desesperación fracturarla para poder avanzar en el quiebre institucional como única alternativa para hacerse del Estado venezolano.

Hacia el interior del gobierno nadie descarta la posibilidad de una acción armada. Mucho menos desde de la activa participación de la administración de Donald Trump en el armado de la autodesignación presidencial del diputado Juan Guaidó. En ese sentido, la presencia de Maduro en los ejercicios militares que continuarán realizándose en diferentes puntos del país, es todo un mensaje tanto hacia el interior de las fuerzas políticas y sociales que lo acompañan como para la oposición y el gobierno norteamericano.

“Vamos a dejar a punto y a tono todo el sistema de armas, toda la fuerza militar, todo el apresto operacional, toda la unión cívico militar, toda la capacidad miliciana para que nadie ose siquiera pensar en tocar nuestro suelo sagrado”, dijo Maduro frente a la tropa que lo rodeaba tras la finalización de las actividades. El presidente interactuó con los militares y luego de sostener que “tenemos que hacer respetar el poder de la nación venezolana, con el poder militar”, les dijo que la oposición quiere que las fuerzas armadas se conviertan en golpistas. Luego se desarrolló el siguiente diálogo:

–¿Ustedes son golpistas? –preguntó Maduro.

–No, comandante en jefe –respondió la tropa a voz en cuello.

–¿Ustedes son antiimperialistas?

–Sí, comandante en jefe, gritaron.

Poco después, Maduro los arengó con una consigna de tiempos de Chávez: “¡Traidores nunca, leales siempre!” y reiteró que se está trabajando en dejar a punto “todo el sistema de armas, toda la fuerza militar, todo el apresto operacional, toda la unión cívico militar, toda la capacidad miliciana para que nadie ose siquiera pensar en tocar nuestro suelo sagrado”, dijo y el mensaje salió con varios destinos.

En tanto, Guaidó dividió su domingo en dos actividades. Una de ellas fue ir a misa para luego concentrarse en lo que parece más disfrutar: las redes sociales, desde donde le reclamó a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, que “apresure su visita a nuestro país, para que sea testigo presencial de la grave crisis en la que vive todo el pueblo venezolano”. Luego anunció que va a anunciar, hacia el final del día, una nueva manifestación callejera. A través de su cuenta de Twitter indicó que realizará dos movilizaciones. La primera será el miércoles entre las 12 y las 2 de la tarde. Guaidó pidió que los opositores se expresen en sus lugares de trabajo y en sus casas. En ese punto dijo que es preciso convocar a los militares para que se sumen a la oposición. La otra marcha será el sábado, día en que se cumple el ultimátum que realizó la Unión Europea. “Será una movilización en toda Venezuela y en todo el mundo” se entusiasmó antes de bendecir a sus seguidores. 

Poco antes, Guaidó buscó agradecer el respaldo a su aventura golpista por parte del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, con una descabellada comparación: “Hace 74 años se liberó el campo de concentración de #Auschwitz y hoy justamente cuando nuestro país lleva también una lucha por su la libertad”. El tuit tuvo muchas respuestas donde sus seguidores ya le reclamaban por aquello de que está dispuesto a amnistiar a Maduro. Los seguidores le exigieron al diputado no tener ningún tipo de clemencia.

Mientras tanto, en las calles de Caracas la jornada se desarrolla de manera apacible pero, como reza el refrán, la procesión va por dentro. “Cómo te diría. Hay una tensa calma”, dice Harold a PáginaI12. El muchacho, de unos veinte años, dice que trata de mantenerse al margen de la crisis política pero reconoce que es imposible. “En todos lados, en las reuniones familiares se habla de la crisis”, señala y reconoce que la maniobra de Guaidó no tendrá éxito: “No se puede querer el poder llamando a una invasión extranjera. Eso no es de venezolano”, sostiene.

La charla transcurre en la Plaza Bolívar, a metros de donde está la casa donde nació el libertador. La tranquilidad del paseo se rompe cuando ingresan medio centenar de motociclistas. Son motorizados del Frente Félix de la Roca. Una de las que habla es Mayra Figueroa y sin dudarlo afirma, mientras sus compañeros no dejan de hacer sonar sus bocinas, que en Venezuela “hay un único presidente legítimo y es Nicolás Maduro porque es el que tiene los votos del pueblo y los frentes sociales. Acá no existe otro presidente que Nicolás Maduro. Que respeten la decisión de las madres venezolanas, de este pueblo motorizado. Acá todos somos soldados de paz pero si nos toca salir a luchar por nuestros hijos lo haremos”.

Mayra habla de defensa de su país pero también se refiere al bloqueo que está viviendo Venezuela: “Tenemos un país totalmente bloqueado económicamente. Todos entendemos el bloqueo internacional que vivimos desde hace tiempo pero no-  sotros salimos a la lucha a tratar de defender de nuestra economía. Salimos a la calle a defender nuestra economía. Acá Nicolás Maduro no es el culpable de todo, aquí los culpables son los opositores, los diputados de la Asamblea Nacional que nunca hicieron una ley a favor del pueblo. Acá estamos los hijos de Chávez, los hijos de Bolívar”, dice y vuelven a sonar las bocinas y un cántico: “Guaidó pajúo (boludo), aquí manda Maduro”.

A pocos metros estaba Gleiman Banegas, el titular del Frente Motorizado, quien aseguró que los movimientos populares que respaldan a Maduro no comparten las políticas de Donald Trump: “El quiere dominar al mundo pero con Venezuela no va a poder porque esta es una tierra de libertadores, somos hijos Bolívar y de Chávez. El presidente de este país se llama Nicolás Maduro, es el presidente constitucional elegido por el voto popular”. Consultado por el ultimátum para llamar a elecciones que la Unión Europea le hizo a Venezuela, la respuesta de Vanegas fue rotunda: “Acá en Venezuela ya hubo elecciones y en todo caso esperen hasta el 2025. La oposición tuvo su oportunidad y lamentablemente no quisieron participar. Un sector lo hizo y fue derrotado. Desde aquí le estamos diciendo que esperen su turno”. A su lado estaba Alexis Tobaros quien se salía de la vaina por hablar. Entonces le envió un mensaje a la Unión Europea: “Europa: preocúpate por tus ciudadanos y por tus políticas. Las políticas de Venezuela las maneja el presidente Nicolás Maduro Moros y su pueblo. Venezuela no es un país de guerra sino de paz. Ya llevamos 20 años de batalla, lucha y victoria y les avisamos que hasta el 2025 serán años de batalla, lucha y victoria para el pueblo revolucionario de Venezuela”, arengó.

El ultimátum de la UE fue rechazado de plano por el gobierno venezolano y aseguró, a través de un comunicado de la Cancillería, el plazo de ocho días para llamar a elecciones es una actitud “propia del estilo de las viejas potencias coloniales que representa”. Para el canciller Jorge Arreaza el anuncio de la Unión Europea es la confirmación de que decidieron “sumarse al plan de golpe de Estado orquestado por el gobierno de Estados Unidos”. Anoche, la televisión venezolana transmitió la entrevista que Maduro le concedió a la CNN de Turquía donde afirmó que “nadie puede darnos un ultimátum de este tipo. Si alguien quiere abandonar el país, lo puede hacer. Venezuela no está ligada a Europa. Esto es una insolencia total. Menospreciarnos porque estamos en el sur es insolente”, aseguró el presidente constitucional.