Los gobiernos de Estados Unidos y Brasil afirmaron ayer que cumplían un papel completamente humanitario con la entrega de comida y medicamentos. Así lo afirmaron en una conferencia de prensa conjunta que dieron el canciller brasileño, Ernesto Araújo, y el encargado de negocios de la embajada estadounidense en Brasilia, William Pop. “La asistencia no termina hoy, hoy es el punto de partida”, dijo Popp, al destacar la cooperación del gobierno de Donald Trump y de Jair Bolsonaro en la entrega de 178 toneladas de ayuda humanitaria. La ayuda llegó ayer a la frontera pero luego de varias horas autoridades brasileñas ordenaron su retirada. “Nuestro papel es completamente humanitario. Es a pedido del presidente Guaidó y ahora el régimen debe permitir que esta ayuda pueda llegar al pueblo”, agregó Popp y luego elogió a Bolsonaro. El presidente norteamericano advirtió anoche al mandatario que no quedará impune por los hechos de violencia en la frontera con Brasil. “Estados Unidos condena enérgicamente el uso de la fuerza por parte de los militares venezolanos contra civiles desarmados y voluntarios inocentes en la frontera de Venezuela con Brasil”, sentenció en un comunicado la Casa Blanca.