No hay clima preelectoral, al menos no por ahora, y eso complica a los estrategas de una campaña que tendrá dos etapas y diferentes enfoques de acuerdo a que compitan o no en primarias por candidaturas. Las preocupaciones de la población no pasan todavía por individualizar a quién será el que repare tanto desastre sino en sobrellevar el largo momento hasta que eso ocurra, como es de esperar. En ese contexto, las  elecciones en las diferentes provincias tiene un valor relativo hasta el preciso instante en que se desarrollan, por ejemplo la interna radical en Córdoba del próximo 17 de marzo, o la elección del gobernador en Neuquén este domingo. Hasta esta misma jornada, o pocos dias antes,  "los temas"  de interés pasan por la situación económica y sus derivaciones como la pérdida de fuentes de trabajo, la inflación, las paritarias por citar algunos. Cada acto, movilización o reunión, sea cual fuere el motivo original deriva inevitablemente en una manifestación antigubernamental, y el oficialismo lo sabe, como que intenta atemperar el impacto con alguna medida, como se vió al reglamentar la Ley de Paridad de Género ante el desarrollo del 8M y frente a la multitudinaria y extendia movilización en todos los rincones del pais. En ese contexto, las PASO se hacen difíciles de transitar, aún para aquellos que deben dirimir candidaturas. En Santa Fe, particularmente tanto Omar Perotti como María Eugenia Bielsa han dado algunos pasos en su intento de "bajar" la discusión a la provincia, ya sea abordando en tono crítico la problemática de la narcocriminalidad -talón de Aquiles de la gestión socialista- o definiendo posiciones en temas relevantes como la continuidad de la Caja de Jubilaciones en la órbita provincial -así lo adelantó Perotti-o ratificando la importancia de contar con una empresa de energía estatal, como lo ratificó Bielsa. Más allá de eso, lo que sigue tallando es el posicionamiento frente a la situación nacional y es allí donde se "incorporan" a la discusión los candidatos de las otras fuerzas. En el caso de Antonio Bonfatti redoblando sus cuestionamientos al gobierno de Mauricio Macri, acompañado ahora por las críticas del gobernador Miguel Lifschitz que formalmente no hace campaña, pero que muestra un discurso acorde al del candidato principal, y se lo ve en los afiches junto a Veronica Irizar, en la otra interna atractiva de éstas PASO, más aún que la que en Cambiemos dirimirán Roy López Molina y Jorge Boasso.

En el plano local, puede verse la segunda etapa de la estrategia del socialismo, "asociando" a la candidata a las gestiones municipal y provincial. En efecto, Irizar comenzará a revalorizar los puntos salientes del partido que la impulsa, y rectificará el discurso inicial -que contenía inclusive el concepto de "cambio", claramente en baja por estas horas.  Javkin no tiene otra alternativa que propiciar esas "modificaciones" a las políticas oficiales, con la prudencia que impone la perspectva de llegar a ser el candidato de Frente para las elecciones generales.

Cada acto, movilización o reunión, sea cual fuere el motivo original deriva inevitablemente en una manifestación antigubernamental.

En Cambiemos, la "doctrina Mac Allister" le impuso a López Molina un ritmo más bajo, de escasa exposición y con la premisa de no ponerse en la "línea de fuego" de Jorge Boasso, que tiene que ir a buscar la pelea, en la convicción que "si es por por puntos" no lo vencerá. La diferencia con Javkin no sólo es que el concejal partió claramente en punta frente a Irizar en las encuestas, sino que su campaña está pensada para llegar al 16 de junio. Boasso, en cambio, parte de atrás, sin dudas, pero su meta es el 28 de abril.

Fuera de estas partidas, Bielsa/Perotti, Irizar/Javkin y Boasso/López Molina, las PASO son cuesta arriba y desgaste para los que no compiten, y arduas para los cargos legislativos, donde la profusión de listas en el PJ especialmente a nivel provincial, obligarán a un esfuerzo de los candidatos por instalarse que no a todos le dará resultados.

Que la exigencia para estar en junio sea en la PASO del 1.5% de los votos válidos, puede ayudar. En la general se pide el 3% del padrón lo cual hace que el número de votos necesario no sea el doble, sino mucho más.

Los jefes de campaña estiman que con 30 mil votos o algo más se supera la barrera de la PASO, pero para conseguir un diputado en la eleccion general el piso no bajaría de los 70 mil.

Todas estas especulaciónes estan muy lejos de los intereses y preocupaciones de los ciudadanos. No obstante es razonable que haya quienes se ocupen, porque de lo que resulte de los comicios saldrá la alternativa de mejorar la calidad de vida que se ha deteriorado indisimulablemente en los últimos años. Esto es lo que se mantiene inalterable en los "focus groups" (grupos heterogenos de votantes a los que se le consulta sobre diversos temas y posibles soluciones), al punto que más de una fuerza dejará de "invertir" en ellos para volcar esos recursos en otro tipo de campaña.