Salvador Vera, abogado de la familia de Franco Casco, el joven detenido en la comisaría séptima y cuyo cuerpo apareció flotando semanas después en el río Paraná, se quejó ayer por las condiciones en que se trabajó pericialmente en la causa, lo que motivó que se ordenara una segunda exhumación del cuerpo de la víctima. "Esto aflije y angustia mucho a su familia, ya que está más que probado que era Franco quien fue rescatado de las aguas del Paraná", dijo. Desde la querella fijaron asi posición luego de conocerse que el 28 de marzo se realizará la pericia final en la sede del cuerpo médico forense de la Corte Suprema de la Nación: el Equipo Argentino de Antropología realizará el estudio genético de ADN a los fines de confirmar su identidad.

"En primer lugar -dijo Vera a Rosario/12- a esta querella y la familia de Franco Casco no le cabe ninguna duda en cuanto a que el cuerpo recuperado de las aguas del rio Paraná el día 30 de octubre de 2014 era el de Franco, quien fuera reconocido por sus progenitores Ramón Casco y Elsa Godoy, quien además de reconocerlo por el tatuaje de estrellas en su cuello y el nombre de su hijo Thiago también lo reconoció por el pantalón de jean que tenía puesto, el que ella misma le había regalado".

"En segundo lugar -agregó el letrado- queremos manifestar que esta medida implica para los familiares una situación muy tormentosa y aflictiva, por cuanto la situación de imposibilidad de realizar estudios de ADN y la necesidad de exhumar nuevamente los restos de Franco y Elsa (la fallecida madre de la víctima) son causa de la deficiente intervención del Instituto Médico Legal de Rosario en el caso y en el proceso de autopsia y pericial y de identificación científica del cuerpo, por cuanto algunas de las muestras reservadas poseían jeringas vacías".

"Esta situación de prolongados dislates -sumó Vera- de la realización de la medida implica la imposibilidad de elevar a juicio la causa para juzgar y sancionar a los agentes autores de la desaparición forzada y muerte de Franco, permite maniobras especulativas de las defensas de los policías que en cuanto a la tergiversación de la verdad de los hechos, generan la posibilidad de que se tramiten prisiones domiciliarias sin notificación ni control de las querellas como en el caso del sub comisario Gianolla Rocha, mortificando a los familiares y poniendo en riesgo el avance del proceso, generando peligrosidad procesal así como también peligros de fugas de los  policías beneficiados por las atenuaciones de prisiones".