Gritó toda la noche pidiendo ayuda, pero la policía no quiso ayudarla. Cuando se acercaron para ver, se burlaron de ella. Después, apareció una persona del departamento de Sanidad que la tomó del brazo y la ayudó a bajar de la cama para sentarse. Mónica se cayó de la silla. “Ahorita me siento mal, no me puedo movilizar. Toda la noche estuve gritando para que me dieran algo, pero no me dieron pelota”, dice mirando al piso. “A las chicas trans se las deja morir en un calabozo” es el post que circula en las redes para difundir este video enviado desde la cárcel. Mónica, todavía con sondas, debería estar en la enfermería, pero yace en el calabozo. Desde allí cuenta: “Todavía tengo estas sondas que no me resuelve nada. No puedo orinar; no puedo nada ahorita”. Cuenta que la noche anterior intentó parase pero se cayó cuando se le entumeció el cuerpo. “Mejor dicho, estoy inválida ahorita”. Sin poder moverse, se encuentra en estado de desamparo. Mónica es otra víctima de la violencia que se vive en el pabellón 11 de la Unidad Penitenciaria 32 de Varela. No es la primera. En noviembre del 2007, en la misma UP, Pabellón 11, murió una travesti peruana. Como en la Argentina no se encontraba ningún familiar para reconocer el cuerpo, no la pudieron velar y permaneció varios días en el penal. A partir de los abusos denunciados en el 2017 se creó un pabellón para mujeres trans y travestis con personal femenino y supuestamente capacitado para su atención. En la jerga penitenciaria lo llaman el pabellón de “los refugiados”. La abogada Luciana Sánchez, en representación de Otrans Argentina, denunció los abusos a los que eran sometidas las travestis alojadas en los pabellones 2 y 11 pidiendo, en ese momento, una acción de habeas corpus por Pamela Macedo Panduro, que falleció el 1 de enero del 2017.

 “Desde el Servicio no te lastiman, te mandan a lastimar, justificando que el preso es el agresor, dejando bien parado al preso amigo de la gorra, funcional a sus fines”, dijo unx detenidx que no quiso revelar la identidad por miedo a represalia en un clima de extrema tensión.