Esta mañana, el sur de la ciudad de Buenos Aires amaneció con un fuerte olor nauseabundo que alarmó a los vecinos. Defensa Civil envió un móvil a la zona del Riachuelo, donde ese olor a “queso podrido” o “pis de perro” se sentía con más fuerza, para evaluar de dónde venía. Un par de horas después, a media mañana, el misterio estaba resuelto. El olor provenía de una fábrica de jabones, ubicada en Valentín Alsina, que llegó a la ciudad de Buenos Aires por falta de vientos y condiciones meteorológicas anticiclónicas.

"En gran parte de la provincia de Buenos Aires hay condiciones anticiclónicas, lo que significa que el aire de la Ciudad, más cercano al suelo, no se mezcla con la atmósfera más alta y queda concentrado a nivel del piso, con olores preexistentes", explicó Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN). La meteoróloga afirmó que el fenómeno es totalmente normal porque la "atmósfera es dinámica con alta y baja presión y, además, como hoy hay poco viento el aire tampoco se mezcla de forma horizontal".

El subsecretario de Emergencias de Defensa Civil, Raúl Garnica, aclaró que se trata de "una situación inusual lo que sucede con las capas térmicas”, que hoy provocaron el mal olor. El funcionario señaló que por los llamados supieron que el olor provenía del sur bonaerense y tras comunicarse con el municipio de Lanús determinaron que "el problema es con una jabonería en esa zona, ya que no hay casi viento y los olores que provocó esa fábrica no se disipan".

El subsecretario indicó que para evitar que siga expandiéndose el olor, "se interrumpió el trabajo de las chimeneas" y advirtió que "los vecinos no tienen que preocuparse, porque esto va a pasar".

Fernández, a su vez, indicó que a medida que suba la temperatura se elevará "el tapón" del aire y circulará más fluidamente.

Vecinos de Pompeya, Parque Patricios, Barracas y Boedo, e incluso de Recoleta y Balvanera, se quejaron por el fuerte olor desagradable con el que amanecieron.