El director de la carrera de Posgrado en Oftalmología de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Alejo Vercesi, es pionero en la utilización de la terapia celular para las enfermedades de la visión, así como también del "Método Benozzi", único tratamiento farmacológico patentado para la presbicia. Su trabajo consiste en utilizar células madre adultas que se encuentran en la mucosa bucal e injertarlas en el ojo enfermo, dado que los epitelios de ambas zonas son similares. De esta forma la membrana amniótica actúa como un puente biológico que facilita la migración de las nuevas células.

Esta experiencia tiene como antecedente la de un investigador japonés que realizó un injerto de mucosa bucal en ojos quemados. "El aporte novedoso que nosotros  realizamos es que en lugar de hacer suturas para adherir la membrana, utilizamos un gel plaquetario elaborado con la propia sangre del paciente", detalló Vercesi.

La innovadora contribución permite aplicar un bioadhesivo como si fuera una gotita pero que no genera rechazo. También con la propia sangre se produce un suero que puede usarse como lágrima artificial y un plasma rico en factores de crecimiento que favorece la curación de úlceras corneales.

El suero autólogo es de gran utilidad en el caso del ojo seco severo que no responde a colirios artificiales. Para obtenerlo se extraen 20 o 30 centímetros de sangre, se somete a una centrifugación y otros procesos químicos y luego se almacena en pequeños frascos para su uso. "En muchos de los casos tratados desaparecieron los síntomas y los pacientes referían que sentían el ojo más húmedo y suave", explicó el médico. Y aclaró que se puede intentar este tratamiento cuando el ojo seco severo no responde a los métodos convencionales y luego volver a los sustitutos lagrimales.

"Todo médico, aparte de realizar una tarea asistencial, debe tener esa inquietud de investigación clínica, buscar formas de mejorar la atención".

"Esto mejora la calidad de vida de las personas ya que el ojo seco genera un displacer, es una enfermedad de la modernidad, de pasar horas frente a la pantalla de la computadora", señaló Vercesi.

En referencia al plasma rico en plaquetas, contó que a través de un trabajo de investigación experimental en sangre de conejos, realizada junto a Guillermo Grande, se demostró estadísticamente y con la anatomía patológica, el mejoramiento en úlceras de córnea provocada quirúrgicamente.

"La utilización de plasma rico en factores de crecimiento favoreció y aceleró la curación de las úlceras corneales e influyó en el mantenimiento de la transparencia corneal", indicó el oftalmólogo. Los resultados fueron publicados en la revista del Consejo Argentino de Oftalmología "OCE" (Oftalmología científica y experimental).

El primer injerto de membrana amniótica se realizó en el año 2000 a un paciente con un ojo quemado para restituirle la integridad de la superficie de la córnea a través de la formación del epitelio anterior. Fue la primera operación realizada en un hospital público, el Provincial del Centenario, con el equipo de médicos residentes que allí trabajan.

Por otra parte, en 2006 se realizó un trasplante autólogo de células madre de un ojo al otro del mismo paciente y fue la primera del país que utilizó gel plaquetario en reemplazo de las suturas convencionales. La misma se realizó a una persona de 71 años que presentaba un ojo quemado con cal. Se tomó tejido del ojo cuya superficie ocular no estaba afectada y se trasplantó en el ojo quemado.

Estos avances en medicina regenerativa fueron expuestos por el doctor Vercesi  el mes pasado en el XX Congreso Internacional de la Asociación Latinoamericana de Cirujanos de Catarata, Segmento Anterior y Refractiva que tuvo lugar en Bogotá, Colombia. Actualmente, el oftalmólogo está trabajando junto a investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) para analizar cuáles son las bases moleculares que inciden en la mejoría clínica de estos casos.

 

Ojos libres

En el año 1999, el doctor Jorge Benozzi comenzó a investigar sobre otra alternativa que no fuera el uso de anteojos para tratar la presbicia. Partiendo de nuevas premisas que desafiaban lo establecido, descubrió que una droga que usaban los oftalmólogos para curar otra enfermedad y que provocaba un mejoramiento de la visión cercana, podía ser la solución.

Sólo tenía que modificar la acción del medicamento para que no empeorara la visión de lejos y de media distancia, manteniendo la función para ver de cerca, y podría evitar el anteojo y ver cómodamente en todas las distancias. Ese mismo año logró el objetivo y los resultados fueron asombrosos. Los pacientes tratados dejaron de usar anteojos y el proceso involutivo se detuvo.

En el año 2003 se asoció a la Universidad de León en España para costear los gastos del desarrollo de un colirio y su patentamiento en Europa, quedando registrada a su nombre. La European Patent Office aceptó el proyecto y en el año 2009 publicó la patente en Europa, que fue el punto de partida del otorgamiento de las patentes en diferentes países del mundo, incluida en el año 2013 en Estados Unidos.

"El ojo seco genera displacer, es una enfermedad de la modernidad, de pasar horas frente a la computadora y tratarlo mejora la calidad de vida".

Después, se comenzó a difundir a la oftalmología nacional y a los présbitas de Argentina, entre ellos a Vercesi. Benozzi cedió los derechos a las Fundación Argentina de Glaucoma para que se ocupe de la difusión y procedimiento y de la organización y logística de los oftalmólogos que quieran participar en el empleo de este nuevo procedimiento terapéutico.

Se trata del primer tratamiento farmacológico para la presbicia y el único patentado a escala mundial. Consiste en la indicación por parte de un oftalmólogo capacitado de un colirio que se prescribe mediante receta magistral y se aplica diariamente. Mediante este tratamiento se logra restablecer la acomodación perdida por la presbicia, pudiendo prescindir así del uso de anteojos y evitando cirugías.

Dado que la presbicia no es una enfermedad sino una situación evolutiva relativa a la edad, no es curable. Sin embargo, el tratamiento farmacológico soluciona el problema y es efectivo mientras que el cristalino no se ponga rígido y opaco (catarata), que podría ocurrir estadísticamente a partir de los 65 años.

Cabe destacar que es un tratamiento absolutamente reversible, puede ser abandonado sin inconvenientes y sin secuelas que impidan realizar cualquier otro procedimiento oftalmológico, volviendo a los anteojos originales. Las drogas utilizadas en la composición del colirio están aprobadas por todas las entidades de fiscalización sanitaria, no sólo en Argentina sino en el resto del mundo.

"Lo importante es transmitir a los jóvenes universitarios que todo médico, aparte de realizar una tarea asistencial, tiene que tener esa inquietud de investigación clínica con sus propias armas, buscar siempre métodos que mejoren la atención del paciente", expone Vercesi.