"Quiero dedicarle este libro a los mapuches de Los Toldos, que luchan contra los sojeros que usurpan sus tierras, porque Evita nació gracias a una partera mapuche", anunció Alicia Dujovne Ortiz, conocida como "la biógrafa de Eva Perón", por su trabajo de la década del noventa. El libro, sin embargo, no es la ya clásica biografía, sino un nuevo trabajo de su autoría. En La procesión va por dentro Dujovne Ortiz abandona el registro histórico y propone una ficción en torno a los últimos días de Evita, cuando yace postrada en su lecho de muerte. La escritora presentó el volumen el jueves en el stand del Grupo Octubre en la Feria del Libro de Buenos Aires, acompañada por el humorista gráfico Miguel Rep (quien, además, está presentando en la Feria también su propio Evita, en un registro distinto).

Para la charla, Rep asumió rápidamente el papel de entrevistador y pidió a Dujovne Ortiz que revele no sólo la hechura del nuevo libro, sino también sus cuentas pendientes con la figura de Eva, lo temas que quedaron fuera y reflexiones en torno a la vigencia de su figura. Además, Rep elogió la novela y señaló que "uno está ahí, al borde de la cama y quiere cuidarla, ver quién entra y quién sale".

Ambos dedicaron un buen rato de la charla a discurrir sobre el registro coloquial de la nouvelle. Un registro que coincidieron en llamar "hablar en 'evito'". "Evita tuvo la necesidad de expresarse públicamente en dos retóricas que conocía bien, que eran las del radioteatro y la del peronismo, en la que creía, pero que no era la suya originalmente", contó Dujovne Ortiz. "Evita tuvo un idioma propio que conozco muy bien, que no era el lunfardo, el habla del compadrito, sino que era el habla de las mujeres de barrio, lleno de expresiones que ya no se usan más porque el lenguaje evolucionó, pero que quien mejor reflejó en la literatura argentina fue Manuel Puig en Boquitas pintadas", consideró la autora. Un periodista español -reveló Dujovne Ortiz- aseguró que "se expresaba en una lengua fresca, inocente, de mucha nobleza".

Además, la autora retomó una definición de Rep para explicar que el tono de la novela tiene mucho de "dictado", de algo dicho como un chorro con el apuro del tiempo que se termina. "Es la primera vez que escribo con tanto fervor", confesó. "Soy muy detallista y vuelvo constantemente a la frase recién escrita, pero esto fue otra cosa", explicó. Al momento de la corrección, agregó, eliminó pasajes enteros en busca del ritmo indicado que diera cuenta de la urgencia de su protagonista por contar su historia en el tiempo que le quedaba, que no era de más de una semana. Además, comentó, su relato no es lineal, sino que sigue el devenir de una conversación en que Evita recuerda cosas y las trae al presente.

¿Qué te queda en el misterio de Evita?, preguntó Rep. Y la autora respondió que el misterio queda siempre íntegro. "La propia Evita lo dijo una vez: 'de Evita está todo dicho y queda todo por decir', pero creo que yo ya agoté lo que tenía para decir, que no sería sano pasarme el resto de mi vida escribiendo sobre ella".