Los investigadores del asesinato de Maruja Chacón Pérez, de 50 años, y de su hija Shirley Cielo Barrientos, de 15, cuyos cadáveres fueron encontrados el lunes enterrados en una casa de la localidad bonaerense de Punta Lara, determinaron que el sospechoso del doble crimen extrajo dinero de un cajero automático y creen que permanece aún en la zona.

La búsqueda del presunto asesino, identificado por la policía como Hugo Hidalgo, de 42 años, continuó sin éxito en las últimas horas en distintas viviendas de conocidos y gente allegada a su círculo íntimo.

“Continuaría en la región, ayer retiró dinero de un cajero automático en un banco de la zona”, dijo un investigador respecto del prófugo, quien alquilaba a un compañero de trabajo la casa donde fueron hallados los cuerpos enterrados de Chacón Pérez y Barrientos.

Hidalgo, quien trabajaba como electricista en la empresa Media Caña, radicada en Ensenada, había renunciado el 1º de febrero y fue visto en la localidad vecina de Berisso el pasado sábado, dos días antes de que hallaran los cuerpos en la casa que alquilaba.

A pedido del fiscal Marcelo Romero, la policía realizó el miércoles cuatro allanamientos en viviendas de allegados al acusado, en Punta Lara, Ensenada, Berisso y La Plata, aunque no tuvieron éxito. 

De igual modo, se dispuso un pedido de captura con alcance internacional, en tanto los detectives de la Dirección Departamental de Investigaciones analizan las cámaras de seguridad, hacen entrecruzamientos telefónicos y estudian las redes sociales y los testimonios de gente que lo conoce, ya que presumen que Hidalgo no dispone de medios suficientes como para dejar el país.

El hallazgo de los cuerpos se concretó la madrugada del lunes en el marco de un operativo de rastrillaje realizado en la vivienda situada en Almirante Brown 319, de la localidad de Punta Lara. La búsqueda se inició luego de que los familiares de las mujeres, oriundas de Perú, se preocuparan porque desde el 28 de enero no tenían noticias de ellas: ni telefónicas ni vía Facebook, como era habitual.

La denuncia fue realizada, a pedido de la familia, por una allegada a las mujeres que vive en Ensenada y que el 4 de este mes se presentó en la comisaría local y dijo que la última vez que las había visto fue el 28 de enero, cuando iban a pasar el día a la casa de un amigo en Punta Lara.