El grupo 34 Puñaladas, que desde hace 21 años tiene un lugar destacado en la escena tanguera de Buenos Aires, con proyección hacia el país y el mundo, ha decidido cambiar su nombre, que alude a una vieja milonga compuesta y popularizada por Edmundo Rivero, “Amablemente”, que en lenguaje lunfardo hace la apología de un femicidio. Edgardo González, uno de los integrantes del grupo que de ahora en más se llama Bombay Buenos Aires, como uno de sus discos más exitosos, explicó a PáginaI12 que “en consonancia con los nuevos tiempos, con los que estamos totalmente de acuerdo, era necesario dejar atrás un concepto anacrónico”. Recordó que en los inicios hubo una búsqueda del rescate de lo popular, del tango marginal, para luego “seguir avanzando con un repertorio más contemporáneo, influenciado por la crisis del 2001, siempre acompañando la evolución de la sociedad, incorporando tangos propios, de manera que llegamos a la conclusión que debíamos modificar un nombre que tenía un simbolismo con el que no tenemos nada que ver y que ha sido puesto en cuestión”.

El grupo integrado por Alejandro Guyot (voz), Maximiliano Cortez, Edgardo González, Juan Lorenzo (guitarras) y Lucas Ferrara (guitarrón), se ha transformado en una referencia dentro de la movida tanguera porteña. En 2018 el grupo fue ganador del Premio Gardel al Mejor álbum orquesta de tango e instrumental. En sus comienzos fueron al rescate del tango popular, pero a partir de la crisis del 2001 “fuimos avanzando con la sociedad en la búsqueda de temas que tengan que ver con el momento que vivimos y esa evolución, esa búsqueda, nos llevó al cambio del nombre”. Cuando arrancaron, en 1998, lo hicieron en el marco “de una movida junto con La Chicana, El Arranque y con el germen de lo que es la Fernández Fierro. Cuando elegimos el nombre, era como elegir un grito punk, pero después empezamos a hacer otra música, otro tango y empezamos a actuar con otro público”. Con la salida de su disco Bombay-Buenos Aires, once años después de los comienzos, “se produjo una refundación del grupo en la búsqueda del Buenos Aires tercer mundo de hoy, de manera que empezamos a crear nuestros propios temas, acordes con el contexto sociopolítico que estamos viviendo y esa refundación lleva ahora al cambio del nombre”. 

Edgardo sostuvo que “las composiciones propias han tenido una muy buena respuesta por parte de nuestro público, que no es masivo, pero es consecuente y nos sigue acompañando con un repertorio que tiene que ver con el siglo 21”. El presente del grupo “convive con un permanente ida y vuelta con nuestro público, hasta formar parte de un juego que nos va marcando el camino en forma permanente”. En ese juego, Bombay  se convierte “en el alter ego de Buenos Aires, que para muchos es París, pero que en realidad sigue siendo una ciudad con mucho de Bombay, una metrópolis del tercer mundo”.