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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
07 NOV 1999








 BUENA MONEDA
 por Alfredo Zaiat


Molinos de vientos

Mientras la Alianza y el gobierno que se va debaten sobre cuál es el verdadero desequilibrio de las cuentas públicas, pelean por el Presupuesto del 2000, juegan chicanas políticas para intentar cargar la mochila del ajuste al otro y discuten sobre cómo distribuir los escasos recursos disponibles de un Estado hipotecado, el mundo sigue andando. Alejados de ese microclima en que se encierran técnicos y políticos, empleados, desocupados, pymes y pueblos que dependen de la suerte de una o dos compañías radicadas en su zona quedan desconectados de lo que el discurso dominante define como “importante”: ordenar las cuentas cobrando más impuestos a los de siempre. Queda fuera de ese programa uno de los aspectos económicos más relevantes después de diez años de menemismo que es qué hacer con el extraordinario proceso de concentración económica, que ha generado monopolios con superganancias. Y no se conocen medidas previstas para endurecer las actuales laxas regulaciones antimonopolios y para gravar impositivamente esas fabulosas utilidades. El privilegiado trato a las privatizadas es el más obvio, pero también se han conformado grupos con posiciones dominantes en muchos sectores de la economía ante la mirada distraída y cómplice de quienes deberían haber evitado esa expansión que tiene efectos adversos en el empleo, en el consumidor y en zonas productoras. Uno de esos casos emblemáticos es el de los molinos harineros.
Pocos pueblos son tan representativos de la producción de trigo como Marcos Juárez, en el sudeste de Córdoba. En esa ciudad se realiza desde hace más de 50 años la Fiesta Nacional del Trigo como reconocimiento a la calidad del grano de esa zona. El 15 de marzo de 1896 la familia Tiscornia fundó el Molino Tiscornia, diez años después pasó a manos de Escudero Hnos. con el nombre de Molino del Interior. En 1915 fue adquirido por Minetti y Cía., que en la década del ‘60 construyó la planta más moderna de Sudamérica, con tecnología de avanzada para moler más de 400 toneladas diarias. Finalmente, en 1995 el molino fue comprado por Cargill. El 1º de setiembre pasado se fusionaron las divisiones de harina de Cargill y de Molinos, empresa controlada por Perez Companc, conformando Trigalia. Esta nueva compañía pasó a concentrar el 35 por ciento del mercado interno de harina.
Cargill asumió una agresiva política de precios para desplazar a la competencia, provocando la quiebra de diez molinos en los últimos cuatro años, sólo en Córdoba. La multinacional contó con una estrategia financiera que le permitió copar el mercado: entre otros instrumentos, acceso al crédito internacional para la compra oportuna de materia prima a un costo muy inferior al de las pymes molineras nacionales. También que adquiere el trigo puesto en Rosario a través de su grupo empresario, descontando el flete a los productores de la zona.
Consolidada su posición dominante, en los últimos cuatro meses ajustó el precio de la harina en casi 70 por ciento, al pasar la bolsa de 9 a 15 pesos, incluido el IVA. Ese aumento no se justifica por la evolución de la materia prima (el trigo ha mantenido una cotización estable en unos 100 pesos por tonelada en ese período) ni de los insumos (los fletes cayeron del 15 al 30 por ciento en la tarifa normal, disminuyó el valor de la energía, no subió el costo de la mano de obra y los aportes patronales bajaron de 9,4 a 6,1 por ciento).
Trigalia tiene una firme política de expansión de poder de mercado: adquirió el molino Industria del Trigo de Tucumán, y está estudiando absorber el molino Minetti de Córdoba. La conformación de este pulpo de la producción de harina, con acuerdos monopólicos de precios y de regulación de la molienda, que tiene como objetivo la supermaximización de ganancias, no ha sido observado ni por el gobierno que se va ni por el que viene. Falta un dato a contar de esta historia de monopolios que viven en islas de privilegios. Trigalia sorprendió hace poco más de un mes a la comunidad de Marcos Juárez: cerró el molino, dejando sin empleo a 120 familias. Objetivo cumplido.