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ECONOMíA EN PAGINA/12 WEB
21 NOV 1999








 REPORTAJE
 


MILTON FRIEDMAN, EL CREADOR DE LA ESCUELA MONETARISTA

“Es improbable una nueva gran crisis”

Uno de los Nobel de Economía más famoso para el público no especializado y padre de los Chicago Boys dice que Brasil no será el centro de otra crisis internacional. Aconseja a Argentina profundizar la Convertibilidad.

Por Maximiliano Montenegro

Es uno de los más célebres de los premios Nobel de Economía entre un público no especializado. Creador de la escuela monetarista, que dominó la academia norteamericana en las últimas tres décadas, su cátedra en la Universidad de Chicago fue el mayor semillero de ejecutores de las políticas de ajuste en los más diversos rincones del planeta en los últimos tiempos. Allí estudiaron, además de decenas de ex ministros latinoamericanos y funcionarios del FMI, tanto Roque Fernández como Fernando de Santibañes, hoy asesor dilecto en temás económicos de Fernando de la Rúa. Con 86 años cumplidos, respondió al llamado telefónico de Cash desde su casa en las afueras de Chicago. Para Friedman, si se lo deja funcionar sin trabas, el mercado siempre encontrará la solución óptima. En este reportaje, descarta nuevas crisis financieras de alcance internacional. Pero advierte que puede haber problemas en “ciertos países puntualmente” y cita por casos Argentina y Brasil. Para evitarlos, dice que Brasil debe continuar con su política de tipo de cambio flotante y que, por el contrario, Argentina debe defender a rajatabla la Convertibilidad.
¿Cuáles son los problemas que enfrenta la economía mundial en los próximos cuatro años?
–Continuar el camino para extender los mercados libres y la empresa privada, mientras se cuida de que no aumente el tamaño de los gobiernos. El mundo experimentó en los últimos 20 años dos revoluciones. Una revolución tecnológica (de las computadores y las comunicaciones) y una revolución política, con la caída del Muro de Berlín. Esas revoluciones cambiaron el carácter de la economía mundial. La revolución tecnológica hizo posible para una empresa localizarse en cualquier parte del mundo, producir en cualquier lado y vender en cualquier lado. Y es lo que hizo realidad la globalización de la economía. La revolución política incrementó enormemente la oferta de trabajo a bajo costo, como resultado del colapso del comunismo en el Este europeo y la apertura del régimen chino al mundo. Esto está produciendo una gran transformación en muchos países del mundo y en el comercio mundial. El problema es asegurarse de que esta tendencia continúe, evitando que se impongan restricciones al comercio y a la actividad privada por parte de los gobiernos.
¿Usted cree que habrá nuevas crisis financieras?
–Es muy improbable que haya alguna gran crisis financiera. Puede haber sobresaltos, pero nada más. La crisis asiática no fue una gran crisis financiera para el mundo como un todo. Fue una crisis local. La crisis mexicana tampoco fue importante para el mundo como un todo, estuvo localizada en México y Latinoamérica. Ahora, uno puede tomar ciertas precauciones sobre ciertos países puntualmente, como es el caso de Argentina o Brasil, que están siendo vistos con más cuidado por los inversores. Pero no hay que preocuparse a nivel mundial.
La última crisis brasileña tuvo una gran repercusión y, por supuesto, afectó muchísimo a Argentina. ¿Usted considera que una crisis así se puede repetir?
–La crisis brasileña no fue internacional sino brasileña. Fue el resultado de la política de tratar de sostener un tipo de cambio fijo, mientras se promovía una política monetaria independiente. Ahora, Brasil tiene una política de tipo de cambio flotante, y mientras se mantenga en este camino no detonará ninguna crisis con repercusión internacional.
Argentina mantiene una política de tipo de cambio fijo. ¿Usted cree que es sostenible en los próximos años?
–Argentina tiene una política de cambio fijo completamente exitosa. Y si continúa teniendo un sistema de Convertibilidad, Argentina no sufrirá tampoco ninguna crisis financiera. Hay dos sistemas cambiarios sostenibles: un régimen de tipo flotante o un tipo fijo con un sistema de Convertibilidad. Lo que no se puede tener es una banda de devaluación controlada (crawling-peg) con una política monetaria independiente. El régimen argentino no es a prueba de crisis, pero les asegura protección frente a las crisis. Si Argentina reintroduce los poderes del Banco Central para tener una política monetaria independiente, entonces el sistema será vulnerable a una crisis. Si mantiene su forma actual, sin la potestad del Banco Central para crear dinero sin respaldo, entonces no tendría que haber problemas.
¿Lo mejor para Argentina, entonces, sería dejar las cosas como están?
–Sí, Argentina no se puede apartar ni un milímetro de la convertibilidad.
¿Qué opina de la posibilidad de moverse hacia un esquema de dolarización?
–Tiene sus ventajas y sus desventajas. Y no creo que se pueda decir tajantemente que es una buena o una mala idea. Si uno dolariza se está poniendo mucha fe en la política monetaria del gobierno norteamericano. Y la política monetaria norteamericana ha sido muy buena en los últimos 15 años, pero no ha sido buena en los últimos 75 años.
¿Es decir que no la recomienda para Argentina?
–No estoy diciendo eso. No tengo la información suficiente sobre Argentina para saberlo. Tal vez Argentina debería seguir el camino de la dolarización como Panamá. No estoy seguro. Si existe la decisión política para dolarizar, entonces también se debe tener la decisión política para sostener el presente sistema. Déjeme decirlo así: como norteamericano yo tal vez esté a favor de dolarizar, pero si fuera argentino no creo que diría que hay que dolarizar. Es una decisión muy dura.
¿Se puede bajar el desempleo manteniendo al mismo tiempo el tipo de cambio fijo y la convertibilidad?
–Por supuesto que es posible. Pero para eso hay que tener una política que permita funcionar a los mercados, de modo tal que ajusten los precios y los salarios. Hay que minimizar las regulaciones en el mercado laboral. Así, no habría razones para que Argentina no pudiera tener un desempleo muy bajo.
Algunos economistas como Paul Krugman, del MIT, dicen que con convertibilidad Argentina no podrá reducir el desempleo, porque se necesitaría una baja de salarios de tal magnitud que es imposible de concretar.
–No creo que sea correcto. Lo que están diciendo es que no se puede usar la política monetaria para reducir el desempleo, porque Argentina no tiene política monetaria. Pero esta vía es una manera temporaria de bajar el desempleo. No es un buen camino. La verdadera forma de reducir el desempleo es dejando que los mercados sean más abiertos y flexibles, y que no haya restricciones para la contratación y despidos de los trabajadores. De ese modo habrá más oportunidades para instalar nuevas empresas, y el desempleo descenderá de manera genuina. Un alto desempleo es una indicación de que el gobierno está fallando. Hay que tener la decisión política de flexibilizar el mercado laboral. Argentina no puede cometer el mismo error que en el pasado, al querer combatir el desempleo en el corto plazo con políticas fiscales y monetarias que sí lo llevarían a la hiperinflación.
¿Conoce algo sobre el nuevo gobierno en Argentina?
–Sólo lo que leí en los periódicos. Es un partido distinto al peronista y los inversores no parecen estar preocupados por el cambio
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